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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 27 de junio 2020.- Debido a la pandemia de Covid 19, la forma en la que se viaja ha tenido que cambiar y probablemente seguirán las modificaciones por parte de las autoridades sanitarias para permitir el ingreso de los visitantes a los países del mundo.
Ante esto surge la duda si se necesitarán más documentos o un pasaporte adicional para poder viajar. Es por eso que el abogado potosino Gustavo Barrera López llevó a cabo la plática “Pasaporte serológico Covid 19” a través de su canal de YouTube.
Indicó que en cuanto al derecho sanitario se está al azar, no solo en México sino en el mundo.
El Reglamento Sanitario Internacional del 2005 es un gran instrumento jurídico y en el que se apoyó la Organización Mundial de la Salud (OMS) para declarar el estado de emergencia sanitaria en el mundo. Dentro de las medidas sanitarias adoptadas por los países para detectar la presencia del virus y evitar su propagación, se encuentran restricciones establecidas en el reglamento y en las que se incluye el ingreso a un país.
“Ahí nace la idea que hace dos meses Europa avienta al mundo para la discusión: el pasaporte serológico”, indicó.
El abogado explicó que debido a que los científicos aún tratan de comprender la respuesta inmune de las personas que contrajeron Covid 19 y si estos pueden volver a padecer la enfermedad, surge la necesidad de hablar sobre un pasaporte de salud.
Sin embargo, detalló que no se trata de un pasaporte o certificado de inmunidad, sino que puede llegar a ser un pasaporte que declare el historial epidemiológico del individuo o la visa de Covid 19, la cual ya existe y refiere si ha existido la presencia de contagio en la persona.
AFECTARÍA DERECHOS
Barrera comentó que aún existe la incógnita sobre si los 193 países afiliados a la Organización de las Naciones Unidas llegarán al consenso de aprobar un pasaporte serológico.
Aunque hay que tomar en cuenta que con este pasaporte existe una restricción a la libertad y a la movilidad de las personas, y que puede llegar afectar el derecho al libre tránsito. Este, a su vez se enfrenta el derecho a la salud de las personas, por lo que queda al aire cuál de estos dos derechos claves deben ser protegidos.
No obstante, aclaró que los países solo han aprobado utilizar en los aeropuertos formatos de declaraciones de salud, identificación de factores de riesgo, síntomas o relación con pacientes que han sido afectados del virus. Añadió que con implementar este tipo de documentos para viajar también se incurre en situaciones de discriminación.
“El que presente un estado de salud a través de un certificado si se llega a expedir o un pasaporte si se llega a aprobar, entonces sería ciudadano de primera, y el que no pasa es un ciudadano de segunda aun cuando tenga el documento oficial que exigen las autoridades migratorias, que se expiden por los ministerios del exterior. En todos los casos sin las visas de aceptación para poder recibir a un viajero, además de eso también tenemos que presentar, eventualmente, un pasaporte serológico y entonces puede venir la discriminación: tú si pasas, yo no paso”, explicó.
Gustavo Barrera indicó que debido a que el virus se ha vuelto endémico en cada una de las regiones y se mantendrá entre la población, aún con la existencia de vacunas, queda el cuestionamiento de hasta en dónde se regirán los criterios legales para impedir o permitir el ingreso a un país.
PASAPORTES INHUMANOS
El doctor Fernando Díaz Barriga comentó que el uso de pasaportes serológicos puede resultar antihumano. Para poder explicar este razonamiento, el especialista indicó que el virus SARS-CoV2 es el “bebé” de una familia muy antigua y que ha estado entre la humanidad desde hace año, la familia del coronavirus causa, entre otras cosas, el catarro común.
Por lo que este virus joven es muy parecido a los otros miembros más antiguos del coronavirus, “tanto que si nosotros traemos defensas contra los antiguos coronavirus a lo mejor están sirviendo para que las enfermedades actuales no sean tan graves”, comentó.
Una vez que la persona es infectada por el virus, genera anticuerpos de dos a tres semanas después de la infección, primero aquellos conocidos como inmunoglobulina M (IgM) y después un segundo llamado inmunoglobulina G (IgG) y que es más importante.
Las pruebas rápidas ayudan a reconocer en la sangre de las personas si cuenta con anticuerpos IgM o IgG. No obstante, esto puede traer algunas complicaciones, ya que no todos los cuerpos generan estos anticuerpos de la misma forma y al mismo tiempo, por lo que pueden llegar a existir los falsos negativos o falsos positivos: en la primera, cuando una persona que ya estuvo infectada se le toma la muestra, pero aún no generaba ninguno de los dos anticuerpos; y en la segunda, cuando la prueba rápida reconoce anticuerpos de la familia de los coronavirus como si fueran de SARS-CoV2.
No obstante, estos anticuerpos no se generarán en las personas que no han sido afectadas por el virus.
Es aquí cuando el pasaporte serológico se convierte es una cuestión antihumana y discriminatoria, pues aquellas personas que no generaron los anticuerpos contra el Covid 19 no podrán acudir a trabajar o hacer visitas en el extranjero.
“Es aquí cuando hay una distorsión ética con el derecho a la salud. El no tener anticuerpos no significa que yo deje tener el derecho al trabajo, a viajar o el derecho al movimiento”, señaló.
Díaz Barriga indicó que estos factores derivan en problemas éticos, ya que el pasaporte restringe los derechos de las personas, por lo que en vez de estar preocupados por esta situación debería inquietar más como se enfrenta la crisis sanitaria y económica en el mundo, así como el destino de las vacunas cuando esta se encuentre disponible.