
Mala salud bucal puede causar diabetes, cardiopatías y otras enfermedades
CIUDAD VALLES, SLP., 3 de junio de 2020.- Llegaron temprano, presurosos, algunos vestidos con lo primero que encontraron, todo para ganar el mejor lugar; el sol los sorprendió en la fila, no había mucha sombra y la mayoría no estaba cubierto, pero no les importó.
Aguantaron estoicos, sin protestar ni manifestar alguna inconformidad por la espera, y cuando les tocó el turno hasta se pusieron su reglamentario cubrebocas y untaron sus manos de gel antibacterial para cumplir con el requisito.
Formaron largas hileras, tanto de personas como de vehículos (y por momentos las dobles filas empezaron a generar caos vial). Llegaron en camionetas, automóviles, motocicletas, bicicletas y algunos hasta corriendo; se les veía entusiastas, alegres, optimistas, muy en su papel.
Pero no, no iban a inscribir a ninguno a sus hijos a la escuela, a tramitar ninguna beca familiar o educativa, ni siquiera a adquirir tortillas o algún artículo de la despensa. No, la fila era para comprar la ansiada cerveza que esta mañana empezó a venderse en el depósito de la “Y Griega” Valles-Tampico.
Con una celeridad que se convertía en desesperación, tomaron su sitio con la boca haciéndose agua, casi frotándose las manos, y valiéndose de todo el esfuerzo y las habilidades físicas posibles para cargar individualmente con varias cajas de botellas, o un buen número de paquetes de latas.
Las unidades fueron abastecidas en cuestión de minutos, los empleados del expendio no se daban abasto, las peticiones y la demanda eran sistemáticas; la voz se corrió por las redes sociales, y los adquirientes seguían llegando, como atraídos por una especie de oasis en medio del desierto.
Los únicos que no aparecieron fueron los representantes de la Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Coepris), que en contraparte sí han permanecido atentos para presionar a los comerciantes y hasta a los indígenas ambulantes.
En cambio, el consorcio cervecero no fue molestado en lo más mínimo durante toda la mañana y parte de la tarde, en su tarea de embriagar a la ciudadanía, y abonarle a las personas más deficiencias de salud que favorecen al Covid 19.
Apenas una patrulla de la Policía Municipal pasó por el lugar para conminar a un automovilista que estaba obstruyendo la salida de un hotel contiguo, y los propietarios se quejaban; el resto de la fila de la vergüenza no se movió.