Origen del Blue Monday y su fama como el día más triste del año
CIUDAD VALLES, SLP., 13 de julio de 2020.- Ante el aumento en el número de casos de Covid 19, médicos particulares han renunciado a atender a personas sospechosas del virus, y criticaron a través de las redes sociales a la gente, llamándola inconsciente, y abandonándola a su suerte.
Raúl Solano Hernández –por ejemplo- propietario del conocido Sanatorio Metropolitano, expresó: “si a ti no te importa la vida de los médicos y sus familias, ¿por qué el personal de salud se tiene que sacrificar por la tuya?”, y mandó poner lonas en su nosocomio donde rechaza ofrecer cualquier atención relacionada.
Olvidando por completo el sentido de vocación y humanidad, además del juramente hipocrático, agrega: “Estás muy equivocado ciudadano inconsciente, hasta hoy han muerto médicos en todo el país (…) personas que no debían morir, personas que murieron por atenderte a ti que te valió y te sigue valiendo”.
Y luego amenaza: “Bastaría un solo día de ausentismo de todo el personal para que de verdad valoraras lo importante que es tenerlos (…) el proceder de la sociedad y de las autoridades lo siento como una burla para el personal de salud, qué tristeza de verdad”.
¿Y EL JURAMENTO HIPOCRÁTICO?
Redactado hace más de dos mil años y utilizado como base de la vocación de los médicos, el juramento hipocrático o promesa del médico ha sido modificado y adoptado por la Asociación Médica Mundial (AMM) en 1948; la más reciente enmienda data de octubre de 2017, en Chicago.
A propósito de la postura de los galenos locales, valdría la pena destacar varios aspectos: “Como miembro de la profesión médica, prometo solemnemente dedicar mi vida al servicio de la humanidad. Velar ante todo por la salud y el bienestar de mis pacientes. Y respetar la autonomía y la dignidad de mis pacientes”.
También son aplicables los siguientes párrafos: “Velar con el máximo respeto por la vida humana. No permitir que consideraciones de edad, enfermedad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes”.
O igual estos otros: “Ejercer mi profesión con conciencia y dignidad, conforme a la buena práctica médica. Promover el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Compartir mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y del avance de la salud. No (…) violar los derechos humanos y las libertades”.