
«¡Seguridad!, ¡seguridad!», le gritan a Claudia Sheinbaum en Silao
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 3 de agosto de 2025.- Las enfermedades del cerebro, tanto mentales como neurológicas, afectan a millones de personas en el mundo, pero con frecuencia se ignoran, se silencian o no se diagnostican.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 970 millones de personas viven con algún trastorno mental, mientras que los padecimientos neurológicos ya son la segunda causa de discapacidad global.
En México, el 17 por ciento de la población adulta ha presentado síntomas de ansiedad o depresión, pero menos del 10 por ciento recibe atención profesional adecuada, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022.
Aunque pueden coincidir, ambos grupos de padecimientos afectan distintas funciones.
Las enfermedades mentales alteran los pensamientos, emociones o conductas. Entre ellas se encuentran:
Las enfermedades neurológicas afectan la estructura o función del sistema nervioso. Algunas son:
Ambas pueden coexistir y tener orígenes comunes, como alteraciones químicas cerebrales, genética o factores ambientales como el estrés crónico.
El sistema de salud en México no ha respondido a la creciente demanda de atención en salud mental. Solo hay tres psiquiatras por cada 100 mil habitantes, cuando la OMS recomienda al menos 10.
En regiones rurales no hay acceso a psicólogos ni neurólogos, y el estigma social sigue siendo una barrera para pedir ayuda.
En estados como San Luis Potosí, instituciones como la UASLP y los Servicios de Salud han advertido un incremento sostenido en casos de ansiedad, depresión y consumo de sustancias, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos.
Las principales son:
De no atenderse, las consecuencias van desde deterioro de la calidad de vida, problemas familiares, escolares o laborales, perdidas económicas, hasta el suicidio, que es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
Desde la sociedad se pueden tomar diversas acciones como romper el estigma social, informarse y detectar señales de alerta, buscar ayuda profesional oportuna y crear redes de apoyo emocional.
Desde el gobierno, para implementar políticas para la salud mental es necesario incrementar el presupuesto —actualmente representa menos del 2 por ciento del gasto total—; formar más profesionales en salud mental y garantizar acceso a terapias y medicamentos.
El cerebro dirige nuestras emociones, ideas y decisiones. Cuidar la mente es cuidar nuestra capacidad de vivir con plenitud.
🔗 Próxima entrega: Cómo cuidar el cerebro en la vida diaria: hábitos que previenen y protegen.
Reproducción autorizada citando la fuente: Quadratín SLP
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