Estudiante mata a su novia durante una clase en Bolivia
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 16 de noviembre de 2019.- La historia de Ana Isabel Castillo Coronado es similar a la de muchos mexicanos que radican en los Estados Unidos: un objetivo y un sueño, planes trazados, pero completamente cambiados. Un cuarto de siglo atrás, después de graduarse de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) como Licenciada en Ciencias de la Comunicación regresó a la tierra que la vio crecer: Ciudad Valles.
La intención era trabajar como locutora en la estación de radio XEIR, al mando de Belem Altamirano; durante esos años tuvo también la oportunidad de laborar con Antonio Esper Bujaidar como coordinadora de Comunicación Social de la campaña política del PRI y, una vez logrado el triunfo, vino con ello la opción de irse a la ciudad de San Luis Potosí.
Diciembre de 2000 marca un año de cambio para México: Vicente Fox se convierte en Presidente de la República bajo las siglas del PAN y la expectativa de quienes formaban parte de una estructura laboral de gobiernos priistas era incierta. En el estado, Fernando Silva Nieto era el gobernador y Juan Manuel Carreras López -actual mandatario- el titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Regional (Sedesore).
EMPRENDIÓ EL VUELO
Como coordinadora de Comunicación Social del Servicio Estatal del Empleo, Ana Isabel dependía de la Sedesore, pero hasta entonces se desconocía quienes saldrían, pasaba el tiempo y en medio de esa incertidumbre, decidió que era tiempo de hacer algo diferente, y tomó la decisión de emigrar: “Se extraña vivir lejos, pero hay una satisfacción saber que se triunfa todos los días en una tierra extraña”.
Así llegó a Estados Unidos, donde el primer empleo lo encontró por casualidad, “vi en un edifico Ohio Migrant Education Center (OMEC), yo estaba embarazada, sabía que no iba a poder trabajar, así que pensé: ‘Voy a estudiar mientras nace mi bebé’. Entré y pedí informes, me dijeron que era un programa para familias migrantes o trabajadores del campo”.
Para ocupar su tiempo empezó a hacer trabajo voluntario, “entonces me di cuenta que no podía huir a mi destino siendo hija y sobrina de maestras y descubrí que me encantaba trabajar enseñando, pero en Estados Unidos hay que estudiar para maestro, así que aquella ilusión era una cosa casi imposible”, recuerda con cierta nostalgia.
“Me quedé en OMEC como reclutadora primero y después como coordinadora estatal de Ferias de Salud, uno de los trabajos más enriquecedores y gratificantes, al trabajar con familias de trabajadores del campo, la mayoría mexicanos”, rememora.
Y CUMPLIÓ EL SUEÑO
Hasta que llegó el momento en que la vida pareció recompensarle aquella entrega, y acercarla al sueño que había perseguido.
“Un día estando en la oficina mi jefe comenta: ‘Si conocen a alguien con carrera universitaria que sea bilingüe en español o japonés me avisan, la Universidad de Findlay está dando becas para maestros de español y japonés’. Ahí viví la experiencia más estresante, y que aunque lloré y quise renunciar muchas veces, ha valido la pena”, cuenta a Quadratín SLP.
Ya con su segundo hijo de 11 meses, Ana Isabel empezó su Maestría en Educación, estudiando nueve materias en nueve meses, “un proyecto loco que gracias al apoyo de mi esposo puede lograr”. El mismo día que concluyó, juró para su ciudadanía estadounidense y recibió la llamada para su primera entrevista de trabajo en la Escuela Preparatoria de Monroeville, Ohio.
“Ahí trabajé por siete años, hasta que me mudé a vivir a Missouri, en donde también trabajo como maestra”, relata.