Buscan a Emir Yurel Torres, joven queretano desaparecido en SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 19 de abril de 2019.- En punto de las 20:00 horas la guardia pretoriana se dirigirá al templo del Carmen; a paso lento y acompañada de un tamboreo solemne, llegará y se postrará frente a él. Uno de los centuriones romanos golpeará tres veces la puerta y enseguida, escucharán una, dos, tres campanadas, se abrirá la puerta y sonarán los clarines que marcarán el comienzo de la Procesión del Silencio.
Este acto religioso anual ocurre la noche del Viernes Santo y ha llamado la atención de turistas nacionales e internacionales que visitan la capital de San Luis Potosí durante la Semana Santa, ya que rememora la pasión y muerte de Cristo y acompaña el luto de Nuestra Señora de la Soledad. Es único en el país y está posicionado como el segundo más importante en el mundo, después de la Procesión Sevillana en España.
Hoy, en su edición número 65, se integrará una cofradía más a la columna procesional para sumar 32 y en total participarán 2 mil personas, pero, ¿cómo hacen para organizarse?, ¿existe un orden para que cada cofradía se presente?, ¿por cuáles calles marchan y cómo se organizan para diferenciar a participantes y espectadores?
José Luis Mejía, presidente de la Cofradía de San José -fundada en 2012- comenzó a participar desde los 8 años de edad como nazareno, como son conocidos los niños de entre 8 y 12 años de edad que participan en la procesión; durante 24 años ha representado a distintas cofradías y desde hace 7 años quedó al frente de una.
Explicó que la Procesión del Silencio se lleva a cabo por primera vez en San Luis Potosí en 1954, “fueron los Carmelitas quienes en un recorrido acompañaron a la Virgen de la Soledad en su dolor, inició con tres cofradías: Carmelitana, Franciscana y de la Soledad”.
Con el paso del tiempo se fueron integrando el resto de las cofradías, a la fecha son 32 que esta noche representarán los cinco misterios dolorosos y uno luminoso, así como las 14 estaciones del viacrucis plasmadas en imágenes que llegan a pesar hasta 2 toneladas. De hecho, trasladar durante la Procesión a la Virgen de la Soledad requiere la fuerza de 46 hombres. Los seis misterios se representan a través de saeteras y plegoneros ubicados en balcones de edificios históricos del centro de la ciudad.
Durante todo el año los participantes asisten a reuniones mensuales para prepararse, pero el ensayo se intensifica en cuaresma, durante seis sábados alistan su vestuario, dan mantenimiento a los objetos que utilizan y refinan el paso para que sea lineal.
LA PASIÓN DE CRISTO COMPLETA
La Procesión del Silencio potosina es la única que muestra de manera completa la Pasión de Cristo. A diferencia de una peregrinación que va de un lugar a otro, en la procesión los participantes parten de un lugar y vuelven al mismo sitio.
Los protagonistas son nazarenos (niños de entre 8 y 12 años de edad), cofrades (portan una capucha en forma de cono y sólo llevan los ojos descubiertos), damas de rebozo (prenda potosina), costaleros (quienes cargan imágenes religiosas), horquillaros (llevan los bastones de descanso) y para acompañar el silencio de luto también hay saeteras, plegoneros y banderos.
RECUERDOS, NERVIOS Y PÁNICO
El Viernes Santo los participantes se reúnen en las parroquias que les corresponde y llegado el momento, se agrupan en la rinconada del Carmen, a un costado del templo sobre la calle Manuel José Othón. Conforme les toca aparecer, se van incorporando al interior del templo por la puerta de nombre San José.
Pese a que es la misma representación, para los participantes cada año es una vivencia diferente que les deja muy buenos recuerdos, pero también nervios y hasta pánico escénico.
Tal es la historia de Diego Cervantes, un niño de 12 años de edad que se ha integrado a la cofradía de San José desde el año pasado; participa como nazareno y considera que es una actividad muy bonita por la fe. El primer año que participó asegura que se sintió muy nervioso, por un lado lo inundaba la emoción y alegría ya que su familia lo vería, pero recordaba que habría más gente y le daba un poco de vértigo.
En 65 años de tradición las vivencias de la Procesión han marcado a los colaboradores de distintas maneras, es la historia de Irene Martínez, quien comenzó a participar hace cuatro años. Es saetera, es decir, canta flamenco al paso de las imágenes religiosas por lugares específicos del Centro Histórico.
Los pregoneros participan de la mano con las saeteras, ellos se dedicaban en la antigua España y los virreinatos hispanos a decir en voz alta lo que se quería dar a conocer a la población. En la festividad potosina rompen el silencio de la procesión; para Juan Alberto Velázquez, ser pregonero “es conectar al expectante con el misterio del viacrucis, que tenga un encuentro cercano a través de la reflexión del pregón… a veces se convierte en un reclamo, un grito, un verso para expresar el dolor que causó la muerte de Jesús”.
Los pregoneros y saeteras participan desde seis balcones que representan los seis misterios y están distribuidos en el Museo Nacional de la Máscara, la avenida Universidad frente al templo de San Agustín, de cara al jardín de San Francisco, el edificio de Movimiento Ciudadano sobre la calle Independencia, el Hotel Panorama y el balcón central de Palacio Municipal, todos en el Centro Histórico.
Para quienes nunca han presenciado la Procesión del Silencio, los integrantes recomiendan que los espectadores se ubiquen en las zonas de los balcones donde gracias a la saeta y el pregón se aprecia más la pasión.
Dos días antes de llevar a cabo la Procesión, las cofradías se encargan de montar las imágenes en las plataformas que serán cargadas por los hombres y les colocan flores como ofrenda. La virgen de la Soledad es la primera imagen que participó en la Procesión del Silencio, por eso, desde ayer Jueves Santo fue trasladada al templo del Carmen y hoy será la primera en salir.
Desde 2013, la procesión es considerada Patrimonio Cultural del San Luis Potosí y se busca que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la reconozca como Patrimonio Cultural de la Humanidad.