Refuerza Ayuntamiento seguridad con tecnología en la capital potosina
Si algo se le ha de reconocer siempre al gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador es su capacidad para crear escándalos, alborotos, chismes, exabruptos, ofensas, burlas y vergonzosas disertaciones, una tras otra, de manera que no acabamos de hablar de una cuando ya tiene la otra para que la discutamos. Y al final de cuentas, no acabamos de dirimir ninguna. Son cortinas de humo, tapando cajas chinas que cubren espejismos que a su vez evaden la verdad. Ese es el gran mérito, a saber de este monero, del gran charlatán de Palacio Nacional. La más reciente no solo es la típica consecuencia de una de sus payasadas más, sino que además exacerbó al gobierno de otro país con el que estábamos en relativa paz, Ecuador. Sus desafortunadas declaraciones fueron muy mal recibidas, no sólo por el hecho de que representamos a una izquierda beligerante que pretende avasallar Latinoamérica, sino que el crecimiento de las organizaciones criminales de Ecuador está vinculado a las propias organizaciones criminales de México, y dado que hay un perenne rumor de que nuestro gobierno está al servicio de estos carteles, es lógico que Ecuador reaccionara como agraviado. Si tomamos en consideración que el pseudo juarista Andrés Manuel, olvidando por completo la doctrina Juárez, que como usted sabrá, querido lector, es uno de los principios de política exterior en nuestro país, que sostiene el derecho institucional al principio de la no intervención, el respeto a la libertad de los pueblos y a los derechos de las naciones, o sea que no debía de intervenir u opinar en los asuntos de aquel país y mucho más si se rumorean que sus problemas de seguridad están vinculados al nuestro. Pero aún con toda esta nueva caja china, que le sirve por cierto para recibir apoyo incluso de la propia oposición, le salió ni mandada a hacer gracias a la virulenta reacción del presidente Daniel Noboa, quien tomó la muy irracional y terrible decisión de invadir la embajada mexicana. Aún con toda la justificación de que el fugitivo que ahí se albergaba era un criminal procesado, por cierto, crímenes ligados al narcotráfico mexicano, y a pesar de que el propio Ecuador hizo una jugada parecida, pero definitivamente distinta a favor de Julián Assange en su propia embajada en Londres en 2012. Así que nuestro payasito lo volvió a hacer. Alejó de los problemas radicales de nuestro país el escrutinio público y volvió la mirada de todos a un asunto polémico que él mismo provocó. Ahora debemos esperar a que se termine la crisis política internacional para poder volver a hablar y analizar los grandes problemas de nuestro país, que son por mucho, los grandes problemas de su administración. Por lo pronto, el mago lo volvió a hacer, volvimos a caer en su carrusel de cortinas de humo. Bravo.