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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 11 de febrero 2020.- Las obras de la avenida Venustiano Carranza en Tequisquiapan han afectado a los potosinos, sean peatones, clientes o comerciantes, debido a que existe un desorden y desdén de las autoridades, amén de las bajas ventas que registran algunos negocios.
La señora Eva Suárez Álvarez, quien a diario pasa por las obras para dirigirse a su trabajo, indicó que los carros que transitan por la avenida no la dejan pasar aunque el semáforo esté en rojo y de hecho, se pudo atestiguar que tardó hasta tres minutos para cruzar la calle.
“Me tengo que pasar a la brava y arriesgarme”, dijo. “No hay educación por parte de los automovilistas y tampoco un elemento de tránsito que esté vigilando esta situación”, señaló.
El problema es que existe una gran cantidad de escombros por todos lados que pone a la gente en riesgo de sufrir un accidente.
“A los tránsitos se les observa correteando los automóviles en toda la ciudad, pero no son buenos para cuidar este tipo de afectaciones que también les toca supervisar”.
Otro problema ocurre en los días de misa, debido a que adultos mayores llegan a la iglesia del lugar, y en algunas ocasiones lo hacen solos, por lo que viven el mismo contratiempo que Eva Suárez.
Las obras también están afectando de manera grave las maceteras del jardín de Tequis, así como también los árboles. El jardín en sí mismo se ha convertido en una bodega y baño público para los albañiles.
Por su parte, la dueña de la boutique Mira qué mono, María del Rosario Blanco se ve afectada, ya que desde septiembre del año pasado, las autoridades que están llevando a cabo la obra le indicaron que habría algunas incomodidades frente a su banqueta, donde hay restaurantes como el Casa Blanca y el Shiroi Le.
“Estos negocios se opusieron porque se fijaron en sus propios intereses en el mes de diciembre y afectaron a los locatarios en las ventas de la acera de enfrente, donde estoy”.
Al final, los funcionarios decidieron abrir la lateral de la iglesia de Tequis afectando de manera económica y visual a los negocios que pretendían tener un buen registro de venta en el mes decembrino.
“Frente a mi negocio no pasaban ni las moscas porque la gente no se podía acercar a comprar ni mucho menos se podía estacionar ya que las obras de Carranza levantan mucho polvo”, cuestionó.
Señaló que su mercancía de ropa se dañó con el polvo de la obra, tan es así que tuvo que rematar hasta en 300 pesos prendas que costaban hasta los dos mil pesos. “Ahora estoy endeudada”, dijo.