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Hallan sin vida a abuelita de 70 años en casa de Minas del Real
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 11 de junio de 2024. – En una entrevista realizada por la creadora de contenido Saskia Niño de Rivera para su podcast Penitencia, Sanjuana Maldonado, una mujer potosina presa desde hace 15 años por un delito que -aseguran- no cometió, compartió su historia y habló sobre su incansable lucha por la justicia, además del impacto de la prisión en su vida y la de su familia.
Actualmente, espera la resolución del Congreso del Estado sobre la petición de indulto que fue presentada por sociedad civil y la organización Perteneces -junto a 17 mil 500 firmas ciudadanas- el pasado 15 de febrero y cuyo plazo está próximo a vencer.
CONOCE SU HISTORIA:
Sanjuana Maldonado Amaya, originaria de Charco Cercado, Guadalcázar, San Luis Potosí, ha estado privada de su libertad de manera injusta durante casi 15 años, la mitad de una sentencia que la condenó siendo inocente, pues le dictaron en total 30 años de prisión.
Narró que desde temprana edad fue víctima de injusticias, pues a los tres años el esposo de su tía abusó de ella, una situación que marcó su vida y que nunca pudo denunciar. Fue en la cárcel cuando finalmente tuvo el valor de hablar de esto con su madre.
«No sé, hay muchas cosas que yo no alcanzo a comprender y que he guardado», narra en parte de la entrevista.
Sin embargo, no todo fue sombrío en su infancia, Sanjuana asistió al kínder, pudo disfrutar de actividades que la llenaban de felicidad. Además, con el apoyo de su familia, pudo continuar sus estudios, algo que anhelaba profundamente porque deseaba concluir una carrera profesional.
En 2009, cuando era una estudiante de 21 años, dejó su comunidad para estudiar en el Tecnológico de Matehuala (…) ahí conoció a José, de 35 años, y comenzó una relación sentimental que al poco tiempo fue marcada por la violencia psicológica y emocional.
Al tratar de poner fin a este vínculo, Sanjuana fue amenazada y hostigada por José para que no lo abandonara, recurriendo a la manipulación y violencia psicológica.
Sometida a un círculo violento, llegó aquel terrible día: José la obligó a acompañarlo a realizar un supuesto cobro, cuyo motivo ella ignoraba, pues acudió en contra de su voluntad.
Cuando llegaron al sitio señalado por José en el municipio de Matehuala, solo recuerda haber sido detenida por agentes de Policía en un rudo operativo, junto con José y otros hombres que se reunieron en ese sitio, en aquel momento resonaron por primera vez las palabras: delito contra la libertad personal, sin que ella comprendiera la magnitud de su significado, ni el por qué estaba de pronto inmersa en esa situación.
Sanjuana asegura, desde siempre, que fue manipulada y sus derechos violados por el Sistema de Justicia Penal, porque nunca respetaron su presunción de inocencia ni actuaron con protocolos de perspectiva de género.
Hizo un llamado al Congreso del Estado de San Luis Potosí para que se le otorgue el indulto, pues durante 15 años ha perdido su libertad de manera injusta, sin derechos y con el recuerdo amargo que le dejó una relación sentimental que, si pudiera volver atrás, habría evitado a toda costa.
«Ya son 15 años, y hoy me atrevo a alzar mi voz y exigir mi libertad al Congreso del Estado, que haga valer mis derechos: derecho a la familia, mis hijos me necesitan; derecho a la libertad, para reintegrarme a la sociedad; derecho a la vida, tener una vida útil y feliz; derecho a la justicia. Ustedes tienen la facultad para devolverme mi libertad que me fue arrebatada y por lo cual a mí no se me hizo justicia. Pueden reparar un poco del daño que me causaron a mí y a mi familia», narró en Penitencia desde el penal femenil de Xolol, en el municipio de Tancanhuitz, San Luis Potosí.
Ahí las condiciones son adversas, no es ningún secreto que las condiciones de las internas están lejos de la dignidad.
Sanjuana afirmó que hasta la fecha ha demostrado ser inocente, honrada y trabajadora.
«Siempre he obedecido a las autoridades, no me he metido en problemas y no lo digo yo, el expediente lo avala. Hoy les pido el indulto de la manera más atenta y humilde. Sé que Dios les dará la sabiduría necesaria y yo, como persona, me comprometo a no defraudarlos si me otorgan el indulto».