Continúa Ayuntamiento preparativos en panteones de la capital potosina
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 13 de febrero de 2019.- Los servidores públicos deben tomar en cuenta y conocer el concepto de género para no incurrir en descalificaciones de las víctimas por cuestiones de roles o estereotipos, además de que no está aún definido un catálogo para definir los feminicidios, advirtió Daniela García González, quien esta mañana impartió la conferencia “Investigación Criminalística con Perspectiva de Género” como parte de las Jornadas de análisis del delito de feminicidio y su investigación en las instalaciones del Centro de las Artes (Ceart).
Daniela García es licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y habló sobre las implicaciones y problemáticas que representan realizar una investigación criminalística con perspectiva de género.
Explicó que en un inició es fundamental entender el concepto de género y como podría contribuir en una investigación científica de delito y su trascendencia, además de cómo estar seguros de realizar una investigación criminalística desde esa perspectiva.
Además, sostuvo, es un asunto que compete a todos, sin importar si se es servidor público, “el género no solamente está en un feminicidio o en una violación. El género está en todas las relaciones que entablamos con los otros y las otras, y la manera en la que nos comunicamos”.
Sobre el entendimiento del concepto de género, la especialista expuso que se debe distinguir entre los elementos biológicos y los culturales o simbólicos, en los que todos están inmersos al vivir en una sociedad. Anteriormente, para determinar el desempeño social que se esperaba de las personas, se distinguía los órganos sexuales para establecer si se es mujer u hombre.
A través de esta distinción se aplican categorías o atributos a los hombres y mujeres, sin embargo, estas categorías no son naturales, sino sociales que se construyen, y a partir de esto se generan ciertas representaciones de lo que debería ser masculino y femenino.
Mientras se crece, las personas hacen un contraste de toda la información que reciben sobre el género para realizar el proceso de apropiación del género, en el que cada uno elige los atributos o representaciones con las que se siente cómodo para construir su persona.
Señaló que cuando se habla de género, no solo se trata de los problemas que afectan a las mujeres, sino también cómo las construcciones sociales han repercutido en la forma en se asume alguien como hombre.
Estas representaciones de ser catalogados como mujeres y hombres, ha traído como consecuencia ciertas desigualdades y uno de los objetivos de la perspectiva de género permite identificar las desigualdades derivados de las condiciones asignadas de ambos sexos.
Como servidores públicos, señaló, enfrentarse a esta perspectiva de género es un reto, pues cuando se proporciona atención a las víctimas, primero se tiene que identificar de qué se trata el género, “qué es lo que estoy haciendo, qué es lo que tengo que abordar, con qué enfoque lo tengo que ver”.
El segundo reto es identificar los estereotipos y los roles de género que se atribuyen a las víctimas para no reproducirlos, pues las mujeres que acuden a denunciar escuchan frases como “va a regresar, se fue con el novio, para qué estaba sola a esa hora, por qué estaba sola”.
Al utilizar estas frases, los servidores públicos transmiten los estereotipos y roles de género, “se sigue propagando la idea de que tú como mujer no puedes estar sola a cierta hora de la noche, tú como mujer no puedes vestirte de cierta forma, ¿y por qué?, en qué medida esos elementos importarían en una investigación científica del delito”.
La única forma en las que pueden importar estas características es si aportan información que permita esclarecer lo sucedido e identificar al responsable, “como argumentos para descalificar, realizar una investigación, no tienen ningún sustento porque se trata de una persona y como tal tiene derechos”.
En el ámbito de justicia, hubo una reforma en 2008, en el sistema de justicia acusatorio para ser basado en audiencias y en el que, se cuenta con el principio de contradicción que a consideración de la expositora es el más importante, pues los delitos que lleguen a la etapa de juicio oral tendrán que ser explicadas frente a la autoridad judicial, además de presentar todas las pruebas que se dispongan, ya sean periciales, testimoniales, documentales, materiales que sustenten la narración para generar una convicción en la autoridad.
Además de trabajar con la ley, los abogados tienen que comprender los hechos y conocer lo que sucedió para que a partir de ahí generar hipótesis, sin embargo, no pueden afirmar algo que no se puede afirmar, por lo que existe la teoría del caso.
La cual está compuesta por tres elementos: el normativo, es decir que hay ciertos elementos o características que la conducta debe cumplir para que el estado lo pueda investigar y sancionar; el factico, los hechos que permiten asegurar que lo señalado por la ley, se cometió; la justificación y la comprobación, los elementos o evidencia objetiva con la que se cuenta para sustentar los hechos narrados y la comisión del delito.
La licenciada explicó que la contradicción lo que busca es filtrar toda aquella información que es vertida durante la etapa de juicio para quedarse con toda la información de calidad, que permita generar la convicción en la autoridad judicial, “este objetivo se logra en la medida en el que las partes realice bien su trabajo. Si tenemos una autoridad ministerial que prepara el caso, que hace todo el análisis y que lo presenta, pero tenemos una defensa que no realiza su trabajo, no permite que se dé esta contradicción”.
Las ciencias forenses —que permitirán identificar a los responsables del delito y aplicar la sanción correspondiente— son el conjunto de conocimientos, técnicas y ciencias que permiten analizar algún hecho relevante para el sistema de justicia penal, el cual se ha ido homologando y fortaleciendo.
En este ámbito, también es importante el trabajo coordinado con la autoridad ministerial, pericial y policial. Aunque la licenciada señaló, que en ocasiones los abogados no tienen claro en qué forma el ámbito forense puede contribuir en las investigaciones, lo que genera tensiones, falta de comunicación y sinergia que permita aportar información.
Por lo tanto, se debe iniciar una conversación con el personal forense, exponer los casos y la situación, para así preguntar qué información se puede obtener.
Es parte del trabajo que se ha hecho en la función ejecutiva de atención a víctimas, las y los asesores jurídicos llevan a cabo el acompañamiento y representación de las personas que cuenten en la calidad de víctima, por lo que llevan los expedientes y los procesos. Mientras que la unidad forense colabora en este sentido, “qué investigación tienes, qué caso tienes, qué periciales necesitas”, entre otros aspectos, que ayuda a fortalecer la investigación del delito para sustentarlo frente a la autoridad judicial.
Las ciencias forenses parten de un método, y el análisis que realicen es metódico y sistemático, lo cual permite que algún otro especialista pueda evaluar, analizar, conocer o refutar la conclusión a la que se llegue. Sus pasos consisten en la observación, la descripción y registro de los elementos, la experimentación o análisis de las pruebas para obtener información.
Es importante que se realicen los pasos metodológicos y qué de manera sistemática, se narren y expliquen los procesos que se llevan a cabo con los indicios o evidencias.
Al hacer una investigación científica o criminalística con perspectiva de género, viene una complejidad, pues es un tema que apenas se desarrolla y con el que se inició hace poco.
La licenciada señaló que, a partir de la gran cantidad de muertes de mujeres en Ciudad Juárez, científicos forenses y abogados, se comienzan a cuestionar lo qué sucede, pues los homicidios no se parecían a otros y el contexto era diferente, algo a lo que se enfrentan hoy en día.
Agregó que cada día, entienden y resuelven los problemas ligados a la violencia familiar, sexual y feminicidios, y se entienden desde el contexto mexicano pues estos hechos surgen a partir de sus propios esquemas culturales, “no podemos desconocer que este contexto de Ciudad Juárez, lo tenemos que ver a la luz del proceso cultural en el que nosotros como mexicanos nos encontramos”.
La investigación criminalística con perspectiva de género se tiene que partir de ciertos niveles mínimos de análisis. Los que se tiene más ubicados son feminicidios, violencia familiar, abuso sexual y violación, en la que se tiene claro es que se debe aplicar la metodología propia de cada especialidad.
Los expertos forenses no deben ser ajenos a la información de contexto. Se debe tener en cuenta, pues puede ayudar resolver los delitos relacionados a la violencia, además de identificar los indicios, pues no todos los homicidios cometidos en contra de la mujer son feminicidios.
Sin embargo, desde el inicio de una investigación “debo prender mis antenitas de género” para conocer que existe la posibilidad de que algún homicidio puede ser feminicidio, además de revisar las estadísticas, pues este tipo de delitos se comenten en el hogar o en el ámbito privado, por lo que hay que ser más exhaustivo.
Para demostrar el odio o la humillación hacía mujeres víctimas, que son términos abstractos, se debe tratar de encontrar la forma en que se materializan, “cómo se demuestra el odio o la intensidad, por el uso de fuerza desmedida. Es decir, la víctima presentaba muchas heridas localizadas en zonas vitales, en zonas genitales; presentó la mutilación de ciertas zonas erógenas. Eso es lo que tenemos que ir descubriendo y trabajando”.
Pues hasta el momento no se cuenta con un catálogo único y definitivo que, de manera puntual, establezca que un delito se cometió por razones de género, “lo que si podemos es tratar de entender este aspecto cultural y simbólico en el cual se está llevando a cabo la conducta y a partir de ahí, hilar y tratar de aterrizar estos conceptos abstractos”.
Añadió que aún falta trabajar en entender y comprender cómo se manifiesta la violencia en contra de las mujeres, ya sean feminicidios, abuso sexual, violación o violencia familiar. Aunque hay referentes que se pueden tomar en consideración, por ejemplo, identificar signos de violencia sexual como rasgaduras; después de muchos eventos de violación o agresión sexual, encontrar fibrosis o irritación vaginal, infecciones de transmisión sexual, dolor pélvico crónico o sangrado vaginal, sin embargo, estos no son definitivos, pero son piezas que se pueden encontrar para reconstruir los hechos.
Algunos otros que pueden brindar información es el número de lesiones y su ubicación; mutilaciones, con qué herramientas y si se quiso torturar; la forma de exposición del cuerpo; la relación existente entre la víctima y el posible responsable. En caso de ambientes de violencia constante, las mujeres pueden presentar cuadros de depresión, baja autoestima, reacciones al estrés, estrés postraumático o ideas suicidas.