![](https://sanluispotosi.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/01/IMG_7157-107x70.jpeg)
Los niños guardaron silencio: así fue el plagio entre SLP y Zacatecas
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 18 de noviembre 2020.- Hola, soy Diana Berenice Barrón Serrano, una mujer capaz de dar la vida por mi familia. Soy una mujer que ansía despertar, escapar. Intento salirme de este mundo sin dejar de llorar. En este momento solo quiero volar hasta alcanzar el cielo, tener amor solo para mi familia. Contradicciones se suceden por mi mente, quiero que me dejen en paz y dejarlos en paz para que ya no sufran. Solo quiero cerrar mis ojos y jamás volver a despertar.
Quiero borrar de mi mente mi oscuro pasado y esta cruel realidad, que duele. Ya no quiero causar lástimas ni sufrimiento a mis hijos, más bien quiero liberarles, dejar que caminen solos sin que yo les cause daño, ya no dañarlos, como tampoco a mi madre, ni a mis hermanos. Quiero cambiar el rumbo a donde voy, quiero ir al lugar donde están mis muertos, donde están mis abuelos, y juntar a mi perro para bajarlo en mi viaje y así estar juntos todos.
Quiero cerrar mis ojos y jamás despertar, pero no quiero que me olviden; la China 34 debe quedar para siempre en cada una de sus mentes, yo sé que así será, porque mi risa no es fácil de olvidar…Diana, mi hermosa Diana, yo nunca los voy a olvidar.
Hasta pronto mis amores, en mi corazón vivirán siempre los tres, no me olviden nunca, no olviden todos los sacrificios que hice por ustedes. Madre, perdóneme por haber sido la causa de sus ojos nublados, por tantas lágrimas derramadas en mi nombre.
Escribí estos párrafos para desahogar todo el dolor que tenía atorado en mi corazón, escribí para evitar que las entrañas me explotaran. Escribí para soportar los días que aún me quedan por vivir aquí adentro. Sí, soy una perra drogadicta, la peor de todas, pero con ganas de cambiar y regresar al lado de todos ustedes, los que amo.
Después de todo si me preguntas ¿quién soy?, puedo decir que como las monedas tengo una doble cara, que soy capaz de tapar el puto sol con un dedo, para que la luz no alumbre la persona que no quiero ser, y parecer, frente a los demás, lo que ellos esperan de mí. Me reconozco inventora de mentiras piadosas cuando se trata de ayudar a los demás. O bien, mentirme a mí misma, para sanarme las heridas, aunque sea solo en forma pasajera.
Soy, no lo niego, una puta drogadicta a la que le vale vergas lo que el resto de la gente piense o diga de mí, tengo esa capacidad de mandarlos a chingar a su madre, así sea mi propia familia… Soy una perra infeliz la que, por mi familia sería capaz de matar, por ellos lo daría todo, todo lo que soy, lo que es esta China; La Perra sin corazón a la que le gusta ayudar a los demás sin esperar nada a cambio y, a pesar de que en muchas ocasiones me han dado la espalda, sigo firme con mi plebe.
Soy la que dejó de vender droga, pero no de consumirla, porque con ella se siente chingona y, a la vez sentir el escapar del maldito mundo de mierda del cual soy parte; esa soy, una culera que fuma, que bebe sin perder la doble cara. No importa que esté aquí adentro, sigo conservando mi doble cara, con unos algunos buena, la mejor persona; con otros, una perra hija de la chingada que mata o muere por los que ama. Por ellos, y solo para para proteger a mi gente, es que guardo armas en mi casa…No me importa lo que hablen, aunque por dentro muera de coraje y de dolor, pareciera que si me importa.
Y precisamente por ser así, por ser yo la mujer de doble cara, es que estoy pisando el suelo de esta maldita prisión, por pendeja. Porque ya es la segunda ocasión que caigo en la prisión: una por tapar a mi cuñada, y otra por tapar a mi perro cuñado que en paz descanse, a quien maldije y fui capaz de amenazar si llegaba a hacerles daño a mi hermana y a mis sobrinas. En esta ocasión me eché la culpa para que él pudiera salir de la cárcel y ¿para qué?, si a final de cuentas terminaron matándolo. Yo en la cárcel y sus hijas en la orfandad, sin que pueda hacer algo por ellas.
Por seguir sus malditos pasos de delincuente comencé a vender la droga que me daba para consumir, pero luego la vendía para mantener a mis hijos y tener miles de amigos (contactos) a quienes ponía a vender esa maldita chingadera que me ha encerrado en ésta cárcel.
EL CAMBIO
Después de estos meses en la cárcel meditando en la persona en la que me he convertido por andar en el mundo de la droga, y tras haber abandonado a mi familia, creo que estoy dispuesta a cambiar para mi familia, para sanar a mis hijos y poder recuperar el tiempo y los cuidados que nos les di por andar con la maldita droga. Quiero liberarme de esos malditos pensamientos llenos de tentación que me invita otra vez a consumirla y a venderla, quiero borrar de mi mente esa tentación que me atormenta, aun estando aquí.
Me da miedo pensar en dejar las drogas porque tendré que renunciar a tener tantos amigos y a dejar de ser la chula primorosa capaz de comerme el mundo. Pero no estoy afuera, sino adentro de estas cuatro paredes, entonces vuelvo a recordar que si en verdad yo fuera tan chingona y primorosa, si yo fuera una cabrona…no estaría aquí. Aquí soy una puta, estúpida, pendeja, la que por andar dándomela de muy cabrona valí verga, aquí una solo es un cuerpo de mujer con ilusiones rotas, con dolor y resentimiento conmigo misma. Me siento mal por haber dejado solos a mis hijos, a mis padres, hermanos y a mis abuelos, porque sé que siempre estarán en riesgo por mi culpa y ahora no hay quien los cuide porque están desprotegidos. Ahora que estoy adentro, veo mi mundo y veo que no soy nada, que nunca fui, solo fui la doble cara que ocultaba mis sentimientos para poder creerme esa quien nunca fui, “la reina del bajo mundo de las drogas”. Lo que si soy y no lo voy a negar, soy quien tiene muchos ovarios, para atreverme a matar a quien se meta conmigo y con mi gente, la China es su servidora.
Solo me queda pedirle perdón a mi Mami, por creerme lo que no soy, a mi Papá y a mis hijos, hermanos y sobrinos. Perdón Jefa, por los sueños de tu princesa que solo arruinaron a mi familia.
Les prometo que todo lo voy a compensar cuando salga de aquí, que el apodo de Perrilla que me impuso cuando era una niña siempre va estar en mi corazón. Ya lo verá madre, ya lo vera, perra no doble, perra, perra ¡Gua, gua!, mi Mami Chintia.
El 27 de noviembre de 2016 me desperté muy temprano, hice las labores del hogar como todos los días, como hace muchos años he tenido que hacer como parte de mi rutina de madre. Cuando terminé ya cansada, vino a mi mente la idea de salir, cosa que jamás hacía, tenía varias semanas que había dejado de salir a la calle. Ese día me salí y empecé a hacer mis malditas bolsas de venta. Cerca de las 12:00 llegó mi exnovio y me pidió que lo invitara a comer, por lo que fui a la colonia B. Anaya a comprar comida y comimos juntos.
Más tarde me pidió que fuéramos al Hotel para recoger más de la droga, nuestra mercancía, luego salí de ahí y me dirigí al estacionamiento para recoger el auto, un Jetta negro, y me regresé al hotel para levantar la merca y a mi novio. Ya juntos en el auto al salir, bajé la cabeza para que no me vieran, ya que me di cuenta que había sospechosos en la salida. Cuando levanté la cabeza, vi que ya todo estaba rodeado de estatales quienes nos gritaron que nos bajáramos del auto; descendimos del Jetta e inmediatamente nos desarmaron, y sacaron el cristal y la mota que traíamos dentro del vehículo. Nos trasladaron al Ministerio Público. Horas más tarde nos trasladaron a la PGR y ahí duré tres días ¡Su Puta Madre! Me dije a mi misma, ¡Ya me cargó la chingada!, y de ahí ¡Oh Sorpresa!, que nos llevan a Muñoz a juicio; ahí, el llamado, o apodado El Diablo, me deslindó de todo y pude salir bajo fianza, y sentí bonito, fue una fianza por 3 mil pesos que nunca pagué ni firmé, por lo que más tarde me estaba buscando la PGR, por eso cambié de domicilio y durante un mes logré sobrevivir escondida, hasta el 27 de enero de 2017 a las 22:30 que me cayeron los de la PGR, ahí fue cuando dije ¡Ya Mamé!, ¡Me agarraron! Y fue entonces, ya resignada, pensé “Bueno, ya me tocaba”. Ahí me reconocieron por mi tatuaje (un hermoso tatuaje de estrellas de colores en mi cuello) y no me quedó otra más que decir ¡Bueno esto tenía que pasar tarde o temprano! Después se enteró toda mi gente, mi familia ya lo sabía y me dieron su apoyo incondicional. Ese mismo día me trajeron al penal del cual, hoy 23 de febrero de 2017, estoy sentada en el taller de Nueva Luna A.C., despidiéndome de mis compañeras, voy de salida al fin. Tengo unos nervios que jamás había experimentado porque son bonitos, ya quiero salir de aquí, abrazar a mi familia, a mis hijos, a mis hermanos.
Yo Soy Diana, una mujer simple y humilde. Me da tristeza dejar a algunas de mis compañeras, chales, quisiera ser alguien que tuviera poderes para llevarlas conmigo…Aquí descubrí que soy una mujer sentimental y, que más que ser primorosa, soy linda, un ser humano sensible que sigo escondiendo lo que siento para no lastimar a otros, pero que soy una mujer de grandes ovarios y que nadie me los baja. Así de sencilla soy yo, Diana Berenice Barrón Serrano.
(Historia del libro Cautivas, con el permiso de la coordinadora del mismo, Marcela García Vázquez)