Jóvenes lanzan pirotecnia a hombre en situación de calle, en SLP
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 24 de diciembre de 2018.- El arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero compartió ante los medios de comunicación un mensaje de navidad para todas las familias de San Luis Potosí, a quienes deseó que adopten a Dios en sus corazones para que la paz prolifere en los seres humanos:
«Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn. 1, 14).
¡Alegría y paz en el señor Les deseo a todos ustedes!
Invitó a contemplar el Misterio de Amor que nos trae la Navidad y a ponernos ante el pesebre de Belén, donde yace el hijo de Dios hecho hombre. Dejemos que el amor de Dios se impregne hasta lo más íntimo y toque el vacío, obscuridad y el desamor que llevamos desde hace tiempo en nuestra manera de pensar, juzgar y actuar. Estos días de Navidad nos invitan a acoger a Dios, que se acerca a nosotros, que desea estar con nosotros y compartir su vida.
El Niño Dios ha venido para iluminarnos y para que tengamos y hagamos nuestro ese amor que nos falta y tengamos vida y llevemos vida.
La Navidad es momento para descubrir a Dios que se vuelve tan cercano, que nos abraza con su cariño. Es ese Dios que ama con predilección a los más débiles. Por eso, nadie debe sentirse olvidado, inmigrantes, los pueblos originarios ancianos, encarcelados, quienes últimamente han perdido a sus seres queridos, los trabajadores, los que buscan trabajo y los más frágiles. Nadie se sienta solo, vemos sentirnos amados y valorados en nuestra dignidad.
Cristo, por su encarnación, está unido de algún modo a cada ser humano, y este vínculo fundamenta la fraternidad universal y la altísima dignidad de cada hombre y mujer. Esta realidad nos compromete a una cultura del encuentro, a la defensa y a la promoción de la dignidad de todos y a cooperar por una sociedad más justa.
Jesús está presente en la persona de los pobres y humillados, a los que sigue nombrando sus «más pequeños hermanos», como en la parábola de juicio final (Mt 25,40). Nuestra fe reconoce así la sublime dignidad de los pobres, y su calidad de ser «sacramento» de su presencia.
Desde que Dios se hizo hombre, siempre es posible amar. La sencillez del niño envuelto en pañales, nos comunica la fuerza arrolladora del amor de Dios que no se anima a construir un mundo más justo y fraterno, y que nos mantiene siempre alegres en la esperanza.
«Somos conscientes de que no es suficiente sentir en nuestro corazón el sufrimiento de los demás. Acoger al otro exige un compromiso concreto, una cadena de ayuda y de generosidad, una atención vigilante y comprensiva, la gestión responsable de nuevas y complejas situaciones que, en ocasiones, se añaden a los numerosos problemas ya existentes, así como a unos recursos que siempre son limitados…» (Mensaje del Papa Francisco para la 51 jornada Mundial de la Paz).
Con estos sentimientos, contemplando la sagrada familia de Jesús, María y José, les decimos:
Que Jesús niño bendiga nuestras familias y que tengan una ¡feliz navidad y un feliz año nuevo 2019!
Su amigo y hermano Monseñor Jesús Carlos cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí.