Residentes del Saucito participan en plan de nuevo paso a desnivel
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 5 de marzo de 2019.- Hace una semana y media, Margarita Ortiz Macías pudo sentir una especie de liberación, al conocer la sentencia del agresor que el pasado siete de junio de 2016, abuso sexualmente a bordo de un autobús foráneo cuando se dirigía de la Ciudad de México a San Luis Potosí. Fueron dos años y medio de peregrinar en tribunales, toparse con la indolencia social, críticas y ataques mediáticos -incluso de mujeres- por la manera en que enfrentó este capítulo en su vida.
El atacante fue condenado a 70 años de prisión. Antes, habría hecho lo mismo con su cuñada; pero el desenlace para ambas pudo ser fatal, el hombre tenía un año en libertad luego de haber pisado la cárcel por secuestro. También asesinó. Por el ataque a Mague Ortiz, una magistrada determinó además la reparación del daño por 90 mil pesos. “Eso es absurdo, y no considero ni perder el tiempo en pedir nada, porque la misma abogada de la defensoría me dijo que nunca lo entregan y sólo aparece en el papel”.
Transcurrido esa especie de infierno, para ella es claro que nunca se olvidará de la amarga experiencia y tiene que aprender a vivir así: sin poder subir a un transporte foráneo, pensando en su seguridad al salir de casa, siempre temerosa de que algo malo pudiese ocurrirle en la calle y dibujando escenarios adversos hasta cuando entra al cine. Aunque antes no fue así, “después de lo vives, alcanzas a entender de qué se trata en realidad”, compartió.
Aunque la justicia llegó para ella, considera que el sistema sigue aletargado en México y es la causa de que una gran cantidad de mujeres se niegue a presentar una denuncia cuando es agredida; aprueba ante ello, que la población –harta de impunidad- tome la justicia por mano propia a través de linchamientos: “si la ley no actúa, yo los apoyo, esos delincuentes no merecen piedad cuando ellos no la tienen para matar, violar, secuestrar”.
A lo largo de este tiempo, nunca ha mostrado empacho en compartir su historia, aún con miedo, vergüenza y frustración, el coraje se antepuso y –aunque nada cambia lo ocurrido- se siente satisfecha de saber que su atacante no pisará la calle de nuevo, para no lastimar a más personas.
Si pudiera rescatar algo positivo de la experiencia, sería sin duda la capacidad de poder ayudar a otras mujeres que buscan orientación para presentar sus denuncias, donde obviamente se encuentran con la mismas trabas que ella; no considera integrar alguna organización social por ahora, cuando lo importante es sanar, pero trabaja en la edición de un libro para hablar sobre su testimonio, acerca de las buenas y malas autoridades.
“Estoy más que agradecida con la Policía Federal, porque en serio hay gente que hace bien su trabajo, las investigaciones de inteligencia permitieron atrapar a este sujeto y hubo operativos encubiertos que la gente no se imagina”, expuso.
Criticó fuertemente las decisiones del Gobierno Federal sobre el presupuesto a los refugios para mujeres violentadas, pues –dijo- no es posible que busquen beneficiar con millones de pesos al béisbol y dejar desprotegidos a sectores importantes de la población. “Este presidente parece que odiara a las mujeres, no es posible”.