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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 29 de noviembre 2020.- El Colegio de San Luis (Colsan) llevó a cabo el conversatorio Pros y contras de la legalización de la cannabis, que contó con la participación de José Luis Martínez Limón, miembro de la iniciativa Precios de la Mariguana; Lorena Beltrán, fundadora de Cannabis Salud; y Mariana Sevilla, fundadora de México Regula.
Mariana Sevilla, quien es investigadora y activista sobre la política de drogas, indicó que a pesar de que la nueva reforma prevé el autocultivo, este es sumamente restrictivo pues sólo se permiten hasta seis plantas por persona, a pesar de que el gobierno no tiene por qué decir a los usuarios cuántas plantas sembrar. Sin embargo, añadió que debido al estigma y la historia que rodea al cannabis, las circunstancias son distintas a cualquier otro producto agrario.
Mencionó que también ha desconcertado a los grupos activistas la aprobación vertical para las empresas, por lo que ahora una misma persona podrá tener una licencia de producción, de transporte, de transformación y de venta, lo que reducirá sus costos. Esto es visto como un factor que puede influenciar y llevar hacia el monopolio.
«Esto nos dejó un sabor de boca un poco amargo, en tanto que a las personas usuarias se aumentó dos plantas más, y a las grandes empresas se les dio el mercado en bandeja de plata», enfatizó.
Sevilla también observó que sigue siendo penada la portación simple debido a que se continúa con leyes ambiguas y poco bien fundamentadas, por lo que el simple hecho de poseer la sustancia, aún en pequeñas cantidades, es motivo para acusar a los usuarios de narcotráfico. A esto se agrega que se promueve la vigilancia y acusaciones entre vecinos, en lugar de establecer cordiales entre usuarios y no usuarios.
No obstante, a pesar de las limitantes de la nueva ley, comentó que esta es producto de 19 años de marchas, más de 60 iniciativas presentadas, un proceso de litigio estratégico por parte abogadas y abogados que han luchado en las cortes para el reconocimiento para el libre desarrollo de la personalidad. Además del trabajo de activistas del mundo que han luchado para que se reconozcan las propiedades de la cannabis.
DIFERENCIAR LOS CANNABIS
Por su parte, Lorena Beltrán señaló que a lo largo de los años se verán diversas modificaciones, al ser una ley perfectible, pero se ha dado el gran paso para terminar con la era prohibicionista. Consideró que es importante separar las definiciones de lo que es el cannabis psicoactivo y el cannabis no psicoactivo, pues se ha generado una serie de confusiones en la redacción de la ley.
Explicó que el cannabis no psicoactivo puede asociarse con el cáñamo industrial y pensar en productos como material de construcción, papel, plástico y biocombustibles. Sin embargo, esto también provoca que se encasille dentro de la cannabis no psicoactiva a productos con menos del 1 por ciento de THC, el compuesto psicoactivo de la planta, cuando también se cuenta con productos para el consumo humano con este porcentaje.
La conferencista señaló que esta confusión puede ocasionar muchos problemas para que se pueda cultivar el cáñamo industrial como maíz y liberarlo de tantos bloqueos como se le pone a la marihuana.
“Liberar el cáñamo industrial para usos industriales sin tener que tener una licencia para eso, ya que no representa un riesgo a la salud. Lo queremos por sus fibras y sus granos”, comentó.
Reiteró que el cáñamo industrial representa un gran impacto, no sólo a nivel económico sino también ambiental, pues desde los tallos, las hojas y el grano pueden venderse y significar un ingreso más amplio para las comunidades que han cultivado por años la cannabis.
Ejemplificó que en Jamaica se seca y tritura el tallo del cáñamo como si fuera aserrín, para después mezclarlo con cal y crear una especie de concreto (Hempcrete) que les ha ayudado a construir casas a bajo costo.
Por lo que señaló que si realmente se quiere contar con una regulación que beneficie a las comunidades y exista un impacto económico, social y ambiental, se debe liberar al completo al cáñamo industrial para su utilización.
Otro punto que destacó es que si bien se trata de proteger a las comunidades indígenas al otorgarle el 40 por ciento de las licencias, no se asegura que puedan echarlas a andar, cuenten con el capital para su apoyo y puedan beneficiarse.
Por lo que aseguró que es sumamente importante la inversión privada para poder tener un impacto económico en las comunidades, trabajar en una economía circular y una agricultura regenerativa.
Para Beltrán, México tendrá que trabajar de manera muy responsable, pues tiene en sus manos la redacción de un reglamento que puede llevar al país a convertirse en la potencia internacional de esta industria.
A TRABAJAR LA LEY
José Luis Martínez Limón, también periodista en la Ciudad de México, coincidió en que ahora que se da la regulación continúa un largo proceso para mejorar la ley.
Añadió que lo que se decida el próximo 15 de diciembre tendrá mayores impactos al derecho de consumir, pues tiene que ver con la integración vertical y cuestiones ambientales, pero sobre todo con las comunidades y pueblos indígenas, ya que es con quienes se tiene una mayor deuda después de ser perseguidas por sus usos y costumbres.
Martínez Limón comentó que también es necesaria la integración de la ciudadanía para participar de manera activa, pues si el marco legal queda corto, es de vital importancia contribuir con acciones e impulsar proyectos.