Asesinaron a exalcalde de Morena en Gerrero y a su chofer: Fiscalía
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 16 de noviembre 2020.- Me llamo Margarita y estoy recluida desde hace 7 años en el Penal de La Pila en San Luis Potosí. Me detuvieron el 14 de marzo de 2011 por el delito de fraude pero en realidad, mi delito es haber confiado en las personas equivocadas.
Nunca olvidaré el día 7 de mayo de 1981 cuándo conocí a Ángel, lo conocí en Villa de Pozos, él se presentó como vendedor de terrenos, yo estaba solicitando los servicios de drenaje y luz para una colonia que él había vendido, platicamos y nos pusimos de acuerdo para poner estos servicios, a partir de ahí empezó nuestra relación, primero de negocios y después sentimental, me enamoré tanto de él, en aquel momento era mi vida entera y de ese amor nació un hijo.
Al paso del tiempo comprendí a que se dedicaba Ángel y sentí mucho miedo, decidí dejarlo con el dolor de mi corazón, por mucho tiempo no supe nada de él, jamás imagine el daño que este hombre me haría al paso del tiempo.
En el año 2007, mi esposo compró un predio rústico y ahí construimos con mucho sacrificio la casa en donde viviríamos con nuestros 5 hijos, como buenos padres, queríamos que nuestros hijos vivieran bien. Yo estaba decidida que a como diera lugar mejorar las condiciones de vida de mi familia y de las familias que en ese entonces Vivian alrededor. Comencé por investigar cuanto nos cobrarían por poner la luz, el costo era de 24,000.00 y hablé con las vecinas para juntar este dinero pero solo conseguimos reunir la mitad, la otra mitad la conseguí con el 10% de interés, firme un pagaré por la cantidad de 12,000.00, al momento de liquidar el costo total, nos instalaron la luz en las casas y en las lámparas de la calle, eso me alegró tanto que no pude evitar llorar de alegría pero después, las cosas se pusieron difíciles, me quedé sin trabajo y el dinero escaseaba más que siempre y nunca pude liquidar los 12,000.00 pesos que pedí a réditos. Nunca imaginé lo que esto me ocasionaría al pasar el tiempo.
Al año siguiente, un día llegó Ángel, yo creí que quería conocer a su hijo, pero no era el amor paterno lo que lo llevó hasta mi casa, sin preámbulos, me dijo que él había pagado el pagaré que yo firme y que quería que le pagará y que si no tenía dinero que le desalojara la casa, le suplique que me diera tiempo para pagarle, y él con la soberbia que lo caracteriza me dijo que no, que tenía un día para dejar la casa “si no vengo y yo mismo los echo”. Mi esposo empezó con reclamos que no sirvieron para nada, nos tuvimos que salir de la casa que construimos con ilusiones y esfuerzos y nos fuimos a rentar, ahí empezaron los problemas con mi esposo, siempre me echaba en cara que la situación que estábamos viviendo era por mi culpa.
Después de un año de estar viviendo en casas rentadas, mi esposo compró una casa de interés social, nuestros problemas siguieron porque mi esposo nunca me perdonó el haber perdido nuestra casa por mi culpa, esa situación ocasionó que me enfermara de depresión por más de un año, mi esposo no toleró mi enfermedad y se fue de la casa, me quedé sola con mis hijos y con la tristeza y el remordimiento de ser la causante de perder el patrimonio familiar, esos recuerdos los tengo en mi mente como si hubieran sucedido ayer.
Poco a poco fui saliendo de mi depresión, tenía que hacerlo, debía sacar adelante a mis 5 hijos, algo tenía que hacer. Un día me llamó la atención un reportaje de una señora de la Huasteca Potosina que trabajaba gestionando ayuda que beneficiaba a su pueblo y se sentía contenta y orgullosa de hacerlo, fue en ese momento que dije: ¡Con tu ayuda Dios mío, yo quiero ser como ella, sé que habrá problemas porque siempre hay personas que hacen daño, pero Señor, sé que tú me vas ayudar!
Empecé por platicar con mis vecinas más allegadas y formamos la Organización Popular Las Margaritas, nuestras gestiones y trabajo diario hablaba por nosotras, la gente de las comunidades nos identificaba ya como Las Margaritas, y hasta de Municipios cercanos nos pedían ayuda y asesoría para obtener un predio urbano y urbanizarlo. Así estuvimos trabajando por más de 3 años, la Organización creció y para que nuestras peticiones fueran tomadas en cuenta nos constituimos como Asociación Civil Las Margaritas de Villa de Pozos. Ya con mi registro formalizado empecé a trabajar duro en las zonas rurales y colonias marginadas de San Luis Potosí, yo me sentía orgullosa de ayudar a las personas necesitadas, me sentía feliz cuando la gente recibía los apoyos que se conseguían tales como becas, despensas, material, láminas, semillas para sembrar, tractores, molinos y muchas cosas.
Debido a las gestiones que realizaba fue que conocí al arquitecto Pascual Hernández Salazar, Secretario del licenciado Jorge González Hernández director del INVIES, con ellos tuve algunas platicas y me ofrecieron 7 viviendas ubicadas en el Fraccionamiento El Terremoto de esta ciudad, el arquitecto Pascual me propuso lo siguiente: Venderme esas casas pues el propietario se las ofreció, estas casas contaban con un subsidio federal y el resto lo pagarían las personas que compraran las casas, el monto a pagar sería de 32 mil pesos y 2 mil 500 pesos para escriturar por cada casa. El acuerdo al que llegamos el arquitecto Pascual y yo, fue que yo recibiera el dinero y cuando tuviera la cantidad completa se la entregara; logré juntar la cantidad de 224mil pesos y se la entregué personalmente al arquitecto en las oficinas del INVIES, él me dio un recibo aceptando que recibió esa cantidad y se comprometió a que en pocos días se entregarían las casas a cada una de las personas que las pagaron, el arquitecto Pascual entregó personalmente certificados con los datos de las casas y nombres de los beneficiarios a cada una de estas personas, yo me sentía orgullosa y mi alegría más grande fue cuando 60 compañeras recibieron sus casas.
Bien dicen que en la cárcel y en la enfermedad sabes realmente quienes son tus verdaderos amigos, yo beneficié a mucha gente a través de mis gestiones, en las campañas políticas lograba reunir muchas personas para los mítines, y a fin de cuentas me pagaron muy mal.
La denuncia por fraude en mi contra la hacen 50 personas que serían beneficiadas con un pie de casa cada una y los cuales no fueron entregados, este beneficio les costaría 8 mil pesos a cada una y el dinero se depositó en un número de cuenta que está a nombre del INVIES en el Banco Banorte ubicado en la calle Carranza y Benigno Arriaga de esta Ciudad de San Luis Potosí, en cuanto me di cuenta del desvío fui al banco a retirar el dinero, pero me dijeron que necesitaba la autorización del licenciado Jorge González, fui a buscarlo y también al arquitecto Pascual y no los encontré, y hasta la fecha no sé dónde están.
Está muy cabrón estar presa, aquí he pasado tantos miedos y enfermedades, he sentido tristeza y coraje, he soportado humillaciones a mi persona y a mis compañeras por parte de las autoridades penitenciarias, lloré de impotencia cuándo una de mis compañeras fue golpeada y humillada por el director de este plantel, los cateos y las revisiones internas son denigrantes, para las guardias somos personas sin valor, cuando nos uniformaron me acabo de llevar la fregada, me dio mucha tristeza.
También tenemos nuestros momentos alegres, soy una mujer que no se cae fácilmente, y me gusta hacer reír a mis compañeras aunque a veces me duele la “Chiquitrilla” Jijiji ¿Te acuerdas Martha?
Llevo 7 años presa, y cada año suplico ayuda a las autoridades competentes, yo no tengo dinero para pagar la fianza tan elevada que me imponen, necesito ayuda para investigar a fondo mi caso, cumpliré un año más presa y seguiré pidiendo ayuda para lograr mi libertad.
El señor es mi pastor y nada me faltara…
(Historia del libro Cautivas, con el permiso de la coordinadora del mismo, Marcela García Vázquez)