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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Pasadas las primeras 48 horas del movimiento político del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Embajada de México en Estados Unidos, la pregunta prevalece: ¿De verdad quiere ganar la gubernatura de San Luis Potosí?
Y es que, con todo respeto para los demás aspirantes del partido oficial Morena, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) era el primer lugar de las encuestas, hasta el pasado 19 de agosto, cuando en su arribo al aeropuerto potosino Ponciano Arriaga, consultado sobre sus aspiraciones electorales en este estado, dijo que sería «un honor», pero que mejor declinaba.
Moctezuma estaba en su mejor momento y tenía media hora diaria en señal abierta para hablar del Covid 19 y el regreso a clases. Inclusive, López Obrador le perdonó que tuviera la ocurrencia de poner a conductores famosos con los maestros para las clases en línea, lo que el mandatario paró en seco en una de sus mañaneras. Luego, ya ni siquiera aparecía en las encuestas y ahora fue enviado a EU, de relleno.
A su vez, el priista Carlos Macías Jiménez, quien aparecía como primer lugar del tricolor trabajando para la 4T, fue enviado a la Embajada mexicana en España como Ministro para Asuntos Políticos. Y la potosina Rosa Icela Rodríguez Velázquez, fue nombrada nueva titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Tres personajes con peso nacional están fuera de la carrera electoral, ¿a quién le está abriendo el camino AMLO?
A la que están guardando en serio es a la secretaria de Salud de San Luis, Mónica Rangel Martínez, quien ya no veía lo duro sino lo tupido con tanta bronca.
La funcionaria ya casi no aparece en las conferencias matutinas, donde el segundo de a bordo, Miguel Lutzow Steiner ha tomado su lugar para rendir los reportes sobre el Covid 19, en lo que parece una estrategia para evitarle más desgastes innecesarios.
Seguramente hoy reaparecerá junto a su jefe, el gobernador Juan Manuel Carreras López, para hablar del semáforo epidemiológico que nos tocará en Navidad y Año Nuevo.
Es cierto que la doctora Rangel, como todo ciudadano mexicano, tiene derecho a votar y ser votada. Y en esa tesitura, dijo abiertamente que sí quiere ser candidata del PRI o de Morena (¿?) a la gubernatura potosina, lo que parece una verdadera bomba de tiempo.
Ya se verá si la doctora tiene una vacuna contra el desprestigio que bien o mal, se ha ganado en los últimos meses, por raros contratos en la Secretaría de Salud y el manejo de la pandemia en el estado.
A ver cómo le va a Mario Delgado Carrillo, el presidente nacional formal de Morena, con las encuestas a gobernador en San Luis Potosí, donde tiene la friolera de 13 aspirantes.
De entrada, porque nueve de ellos quedarán fuera, ya que el acuerdo es que sean cuatro los elegidos para entrar a la madre de todos los sondeos en este instituto político y el ganador o ganadora, se alzará con la candidatura. Pero luego, porque los tres perdedores no quedarán conformes.
Lo anterior viene a cuento porque a Delgado ya lo traen frito con las protestas en su contra y, curiosamente, los potosinos pusieron el mal ejemplo de ir en bola a la CDMX para repudiar la presunta candidatura para el verdeecologista Ricardo Gallardo Cardona, a quien ahora resulta que sí ven como su salvador.
El turno fue de las huestes morenistas en Guerrero, faltan las de Querétaro, Zacatecas, Sinaloa y así hasta llegar a la encuesta potosina -cuya fecha hoy se conocería-, pero Delgado se defiende de todos y dice: «¿Cuáles imposiciones?». ¡Más le hubiera valido!, porque ahora ya no sabe cómo salir del hoyo.