Brillará San Luis Potosí con Mundial de Béisbol Infantil 2025
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 8 de octubre de 2018.- Entre la multitud de la calle Zaragoza, un dueto musical alza la voz con armonía norteña mientras uno que otro caminante se detiene a bailotear un poco, la escena no parece extraordinaria hasta que ambos filarmónicos levantan el rostro; Raymundo Contreras Oliva y Pedro Duque Lucio, tocan con las manos y cantan con la boca … pero ven con el corazón.
Su discapacidad visual es evidente, pero lejos de arrastrarla como tragedia se convirtió desde 18 años en un lazo entrañable y de sustento diario para ambos, cada nota la ensayaron en la calle hasta conformar juntos la agrupación “Encanto musical”, cuya versatilidad les permite interpretar cumbia, balada o melodías rancheras.
El camino ha sido escabroso para estos personajes que dan alegría en medio de su penumbra, no sólo por la discriminación que se resiste a dejarlos en paz, sino por el abuso diario de quienes se etiquetan como personas normales; viven de la caridad que su música pueda generar, aunque no es precisamente abundante.
“Este botecito está amarrado porque ya nos han agarrado el dinero, lo que pedimos es que no nos discriminen, nosotros no robamos ni queremos nos regalen nada (…) con que nos dejen trabajar es bastante”, narró Pedro, originario de Moctezuma y el penúltimo de nueve hermanos, a sus 41 años de edad enfrenta la vida solo, en un cuarto de vecindad en la capital potosina.
Raymundo es el mayor de este dúo con 53 años cumplidos, nació en Laguna de San Vicente, Villa de Reyes, donde pasó una infancia en medio de la precariedad junto a sus seis hermanos; pese a ello su niñez tuvo colorido y su candor ayudaba a ignorar la pobreza.
Pero el escenario empeoró cuando recién cumplía ocho años de edad y una severa enfermedad no sólo le apagó la vista, liquidó también sus sueños o mejores oportunidades de salir a flote; aunque actualmente es padre de familia y esposo, su familia también vive en condiciones de alta vulnerabilidad.
“Ha sido muy difícil porque nosotros luchamos día con día para ganarnos el pan, a veces llueve, hace frío, no puede uno ni salir y pues aquí estamos a la voluntad de Dios y de la gente; a veces sale para mal comer, otras ni para eso”, se lamenta.
Pedro tiene actitud, es un hombre de fe y la soledad no parece golpearlo tanto, ha tenido que aprender a solventar sus necesidades sin ayuda de nadie; no pudo ser padre y hace mucho tiempo que vive en desamor.
“Si tuve esposa pero nos separamos y ahora yo me cocino, para qué nos vamos a echar abajo si hay que seguir con la vida y demostrarle a la gente que no nos sabemos doblegar por nada, primeramente sabemos que tenemos a nuestro padre Dios”, sostiene.
Para entonces Raymundo agasaja las cuerdas de su guitarra y se dispone a preparar la siguiente melodía, algo melancólica para la tarde fresca que apenas comienza “Siempre hace frío”, de Cuco Sánchez.
No entonó las primeras frases, sin antes alcanzar a preguntar: “¿Oiga, para cuando va empezar el apoyo de López Obrador?, dicen que ayer vino, pero no alcancé a escuchar si nos va a ayudar a los ciegos”.
En definitiva, Pedro y Raymundo son un claro ejemplo de quienes sí necesitarán recibir el programa “Pensión para personas con discapacidad” que pregonó AMLO en su visita a esta entidad; ya han esperado 18 años juntos, sólo falta un poco más.