
Narcopolítica en México por AMLO y mamá del Chapo
Experto en gobierno y asuntos públicos.
Soberanía y seguridad energética ¿Realidad o Mito en México?
«La ignorancia y la dependencia son las dos causas de toda esclavitud.» – Concepción Arenal.
La secretaría de energía de México define energía como: La capacidad que tiene la materia para producir trabajo, luz, calor, manifestándose de diversas formas.
Desde la prehistoria, la energía siempre fue necesaria para el desarrollo y evolución del ser humano, se utilizaba para desplazarse, cargar, calentarse, cocinar los alimentos, básicamente para sobrevivir. Posteriormente a través de los distintos momentos de la historia la energía ha sido utilizada para múltiples propósitos que el hombre como especie ha tenido, desde muy nobles como la ciencia y la medicina, hasta otros fines nefastos como la industria armamentista.
Existen distintas formas de energía, como son: mecánica, eléctrica, térmica, electromagnética, química, nuclear, solar, entre otras. En la actualidad no podemos entender nuestra vida diaria sin tener acceso a una fuente de energía, por ejemplo: electricidad para cargar el celular o cualquier dispositivo, gasolina para nuestro automóvil o el autobús que nos lleva al trabajo o a la escuela, gas para la estufa y calentar el café, la energía necesaria para extraer de pozos el agua y pueda llegar a nuestra casa, etc. Como podemos ver, sin acceso a la energía nuestra vida sería muy distinta, seríamos como sombras vagando en la oscuridad.
Pero… Siempre hay un, pero; hay un precio que estamos pagando por esta comodidad. Un precio que se llama dependencia.
Existe un concepto muy relevante para los países: la soberanía energética. Según ÁngelArcos Vargas de la Universidad de Sevilla, “En definitiva, se trata de tener autonomía y control sobre la energía (producción, distribución y consumo) que se utiliza en un país o región, para garantizar el bienestar y el desarrollo sostenible de su sociedad.”
Con base en lo anterior. México, aunque es rico en recursos energéticos. No posee una soberanía energética plena y por consecuencia tampoco cuenta con seguridad energética.
La mayoría de nuestra energía proviene de los combustibles fósiles. Con datos de la comisión federal de electricidad (CFE), el 77 por ciento de la energía eléctrica en el año 2023, se generó mediante combustibles fósiles, de estos combustibles el 55 por ciento fue gas natural y el resto petróleo y sus derivados1. Es decir, para tener energía suficiente en México dependemos del gas natural.
A pesar de haber sido un importante productor de petróleo a principios de la década de 1980, gracias a Cantarell, México ha visto disminuir sus reservas debido a la extracción acelerada, pasando del 5° al 20° lugar mundial con una producción de 55 mil millones de barriles de crudo a seis mil millones de barriles. La producción nacional no satisface la demanda, y las importaciones de gas natural han aumentado un tres mil 800 por ciento en 30 años, cubriendo el 72 por ciento del consumo total, o el 96 por ciento excluyendo el consumo de PEMEX.3
En México no tenemos la capacidad de producir y abastecer el mercado de combustibles fósiles, estos provienen en gran volumen del exterior. Y aun con los esfuerzos más recientes, las adecuaciones al marco jurídico y la autorización de la participación de actores privados no ha sido suficiente.
La época de la abundancia petrolera es tan solo un lejano y triste recuerdo, como triste es la memoria del presidente, que invito a los mexicanos a administrar la abundancia. Pero el despilfarro y la corrupción en las empresas estatales relacionadas con la energía han provocado una crisis transexenal de la que difícilmente saldrán. Y aunque alguna vez fuimos una potencia petrolera, hoy nuestras reservas se desvanecen como arena entre los dedos.
Ante este escenario surge una pregunta, ¿Qué pasaría si Estados Unidos decide no vendernos más gas natural? la respuesta es: que México colapsaría. Porque depende en gran medida de los combustibles que importamos, no se cuenta con una gran capacidad instalada de almacenamiento y tampoco de producción, en pocas palabras México se quedaría sin energía. El mismo PEMEX ha declarado tener capacidad instalada de almacenamiento y para abastecer el mercado tan solo el equivalente al consumo de 17días.2
Nuestra producción es insuficiente, nuestra capacidad de almacenamiento es mínima, nuestra dependencia absoluta.
En este escenario apocalíptico al estilo de la película, Mad Max, furia en el camino, México depende en gran medida de Estados Unidos en el tema energético, y por eso hago una reflexión, ¿Es conveniente tener una guerra arancelaria con el país vecino que es además nuestro mayor proveedor de energía?, ¿Deberíamos priorizar lazos comerciales con países lejanos como China (más de 12,000 km de distancia) en detrimento de nuestra relación comercial con EE.UU.? ¿Hasta cuándo dependeremos de la energía que nos provee otro país?
Cada quien responda a estas incógnitas. La realidad de nuestro país es que, como resultado de una política económica transexenal (eso que llaman neoliberalismo) se ha generado una dependencia profunda de Estados Unidos en el tema energético y ahora este es un factor crucial a considerar en cualquier negociación internacional.
Es hora de implementar alternativas, un cambio. Es hora de construir un México donde la energía sea nuestra, donde el futuro sea nuestro. Este es un esfuerzo colectivo, en donde todos los sectores deben de participar por el bien de México. Porque, al final, la soberanía energética no es solo una cuestión de números y estadísticas. Es una cuestión de dignidad, de libertad, de supervivencia.
«Nunca dependas demasiado de nadie en esta vida, hasta tu sombra te abandona en la oscuridad.» – Autor desconocido.