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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 19 de enero de 2020.- Antes de ser uno recinto cultural reconocido en la capital, el Museo Federico Silva sirvió como hospital para atender a españoles e indígenas en la época de la Colonia, y posteriormente como la Escuela Modelo al ser parte del proyecto educativo del Porfiriato.
Su historia se remonta al año 1611 cuando se originó el sector de San Juan de Dios, gracias a la donación de Juan de Zavala a la orden del Beato Juan de Dios, y lo que hasta entonces era una hacienda se convirtió en un nosocomio a las afueras de la Villa de San Luis Potosí.
El lugar fue atendido por los monjes Juaninos hasta 1825, cuando el inmueble pasó a manos del Estado. Setenta años después fue convertido en Oficinas aduanales, función que ejerció hasta 1905, año en el que fue demolido para solo dejar en pie al antiguo templo que se encuentra a su costado.
La demolición se realizó como parte del modelo educativo del entonces presidente Porfirio Díaz para poder levantar la nueva Escuela Modelo, aunque la idea fue concebida por el gobernador Blas Escontría con el objetivo de elevar el nivel intelectual de la población.
La proyección de la nueva escuela fue realizada por el ingeniero y arquitecto Antonio M. Anza en 1904, mientras que la construcción corrió a cargo del ingeniero Octaviano Carrera de 1905 a 1907.
Durante los dos años que duró la obra se mantuvo circulando información sobre los avances de la construcción.
ESCUELA MODELO
En el libro El centro histórico de la ciudad de San Luis Potosí y la obra del ingeniero Octaviano Cabrera Hernández, escrito por el doctor Jesús Victoriano Villar Rubio, se detalla que durante el informe anual del gobernador José M. Espinosa y Cuevas (quien prosiguió con el proyecto de Escontría), se dio a conocer que la obra se encontraba en progreso y sin ninguna interrupción para septiembre de 1905.
Poco antes de concluir, fue instalado un reloj al centro del frontón del pórtico de acceso. De acuerdo con el doctor Villar Rubio, los relojes eran un elemento característico de las construcciones eclécticas; en México fueron instados en diversos edificios, así como en monumentos conmemorativos como los realizados para el centenario de la Independencia.
Por fin, para el 16 de septiembre de 1907 fue inaugurada la Escuela Modelo, la cual se encontraba equipada con una colección de mapas, juegos de esferas, un gabinete de física, así como un museo de historia natural y de botánica.
El edificio pertenece al movimiento arquitectónico ecléctico, el cual imperaba todavía a principios del siglo XX en la ciudad, aunque tiene cierta inclinación al estilo neoclásico; construido a partir de piedra gris, ladrillo prensado de color rojo y amarillo, y estructurada en un inicio por un eje central de circulación que parte del acceso, con cuatro patios (dos a cada lado de la circulación), y alrededor de ellos se encontraban los salones de clases para albergar a las y los niños potosinos.
Y SE HIZO MUSEO
Durante 93 años la Escuela Modelo mantuvo entre sus aulas al conocimiento, así como a las y los estudiantes, hasta que en el año 2000 dio un giro con un propósito cultural cuando se iniciaron los trabajos de transformación y restauración por parte del arquitecto Fernando Torre Silva, para construir el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, el primero de su tipo en América Latina al estar dedicado exclusivamente al arte escultórico.
El concepto museográfico del recinto quedó a manos del maestro Jorge Guadarrama, curador y conservador de la museografía nacional, para dedicarlo al arte escultórico reflejado en el nombre de uno de los artistas más importantes de México.
Lo que una vez fue hospital y escuela, se convirtió en museo a partir del 18 de septiembre de 2003, cuando abrió sus puertas al público y albergar las más destacadas muestras de escultura a nivel nacional e internacional.