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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 26 de julio de 2019.- En condiciones deprimentes viven mujeres recluidas en penales, el 70 por ciento tras haber cometido delitos vinculados al crimen organizado por pobreza o amor, de acuerdo con Marcela García Vázquez, consejera del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Cada vez son más las féminas utilizadas para cometer ilícitos de esa naturaleza y asegura que -como en todos los ámbitos de la vida social, política y económica- ellas están teniendo mayor participación en temas de drogadicción, alcoholismo y ahora, delincuencia.
“Se involucran por pobreza, desigualdad y falta de oportunidades, están tomando esos caminos como alternativas para resolver primero su situación económica, porque la gran mayoría fue abandonada por el padre de sus hijos y se encuentra en condiciones de marginación, pero con la obligación de mantener a sus hijos y optan por esos caminos”, precisó a Quadratín SLP.
Otra característica de las reclusas, quienes purgan condenas de entre ocho y 10 años en penales de la entidad, es que su nivel de estudios apenas alcanza los primeros años de secundaria; de tal forma que al encontrarse vulnerables suelen establecer relaciones sentimentales con hombres dedicados a la criminalidad.
“Ellos les piden favores para tareas de distribución, venta y lo hacen por brindar un favor a su pareja dentro de las relaciones asimétricas amorosas; cada vez son más jóvenes y el asunto es que no terminan de resolver su problema al salir de prisión porque no hay un sistema de reinserción que les permita mejorar la educación, nivel de conciencia, tener acceso a un empleo digno -porque salen desfazadas en conocimiento- y por eso vuelven a delinquir, muchas de las mujeres que han aparecido muertas son reincidentes, son los desenlaces tan trágicos”, comentó la consejera.
Durante recorridos en centros penitenciarios, según su experiencia, es posible apreciar a mujeres con el pensamiento colectivo de seguir poniéndose en situaciones de alto riesgo al ser liberadas de la cárcel; aunque la mayoría, en realidad vive sumidas en la tristeza por haber equivocado su camino y como consecuencia dejar a la suerte a sus hijos.