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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 8 de marzo de 2019.- Hay mujeres que son reconocidas por su labor, en su mayoría, ellas decidieron el camino, un ejemplo las funcionarias públicas, como alcaldesas, deportistas, impulsoras de cultura, científicas, que usualmente son reconocidas por su destacada participación, pero hay otras que no deciden serlo, que las circunstancias las llevaron al sitio donde se encuentran y que durante este proceso, se vuelven un símbolo de fortaleza.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, destaca el caso de las activistas Edith Pérez Rodríguez y María Guadalupe Mendiola Acosta, integrantes y fundadoras del Colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, A. C., están dedicadas a buscar a cientos de personas no localizadas y desaparecidas, entre ellos, sus hijos, sobrinos y hermanos.
Ambas iniciaron este peregrinar de una manera cruel; Edith Pérez, al perder el rastro de sus hijos en 2012, José Arturo Domínguez Pérez, de 20 años de edad y a Alexis Domínguez Pérez de 16 años; al igual que a sus sobrinos Milynali Piña Pérez, de apenas 13 años de edad y Aldo de Jesús Pérez Salazar, de 20 años; también a Ignacio Pérez Rodríguez, su hermano, cuyas edades puntualizadas eran las que tenían al momento de desaparecer durante un viaje que realizaban para ir de compras a los Estados Unidos, pero durante el trayecto desaparecieron.
Por su parte María Guadalupe, desconoce el paradero de su hermano, Daniel Elías Mendiola Acosta, quien desapareció en compañía de su chofer Gerardo Uribe Rodríguez, de ambos, a la fecha, no hay rastro.
Luego de estas dolorosas fechas, las dos cayeron en un torbellino de encontronazos, donde sentían culpa, se reprochaban sin sentido, llamadas de atención a sus hijos, esto en el caso de Edith Pérez. Sin embargo decidieron no quedarse en depresión y utilizar ese constante dolor para salir a buscarlos, hasta el fin del mundo si es posible.
“En la soledad, vemos que ya no tenemos fotografías actuales de nuestros seres amados, es nuestro deber de madre salir a buscarlos y nos hemos enfrentado al machismo, pues en estas búsquedas, tenemos que andar acompañadas principalmente de hombres y esto llega a ser un reclamo, pero también vamos acompañadas de martillos, palos, porque no sabemos qué o a quién nos vayamos a encontrar en lugares despoblados, nos morimos de miedo, pero es más poderoso el poder encontrarlos pronto, pero también nos damos cuenta que los seres humanos se deshumanizaron, y eso truncó nuestra vida.”, explicó Edith Pérez.
Enfatizó, que en esta actividad que desempeñan, son muy pocos los hombres que participan, usualmente, son mujeres, madres en su mayoría quienes no paran de buscar a sus hijos. Por lo que tanto Edith y Lupita, no solamente son los pilares de su casa, también lo son en el resto de su familia, e incluso, en hogares a los que nunca imaginaron conocerían, y mucho menos, bajo estas circunstancias.
Por su parte, María Guadalupe mencionó que a pesar de la cruda imagen que significa encontrar los restos de un cuerpo “nuestra actividad es de nunca acabar, nos encontramos con fosas clandestinas en las que estamos trabajamos, en ocasiones pensamos que ya vamos a acabar, pero no, resulta que hemos llegado a encontrar hasta 150 kilos entre costillas, molares, vértebras, fémur, cráneos, no tiene nombre lo que la delincuencia ha hecho con las familias y con los desaparecidos, los estamos encontrando a pedazos, no sabemos cuándo vamos a terminar, pero el ser mujer es símbolo de fortaleza, llegamos a pensar que nosotras no éramos así de fuertes, que no podríamos con esta situación, pero nuestra familia nos da fortaleza, nuestros familiares que queremos encontrar nuevamente”.
Las dos activistas manifestaron enérgicas “no vamos a parar, porque no dejaremos a las familias solas, no queremos que nadie vuelva a pasar lo que nosotros hemos sufrido, esto se tiene que erradicar y lucharemos por rescatar el tejido social, nuestra misión va más allá, dejemos de ser materialistas, seamos humanos”.