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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 15 de junio de 2019.- Más que dador de vida, proveedor del hogar o la figura paterna, un padre es quien influye en el destino -para bien o mal- de cada persona en el mundo; aunque algunas historias no siempre se tejen en buenas experiencias, pero son más los hombres que al concebir nuevas vidas, dejan de existir sólo para ellos y comienzan a llevar a cuestas la responsabilidad de formar a nuevos seres con amor, entrega y, sobre todo, sacrificio.
Testimonio de ello, es la vivencia que protagoniza el policía municipal, Gabino Gómez Loida, quien tiene poco por celebrar tras la pérdida de uno de sus hijos hace dos meses; cuando él partió, el día dejó de tener sentido y su martirio no cesó, pues tendría que hacerse cargo del hogar, por una enfermedad mortal que atacó a su esposa.
Además de vigilar la Unidad Administrativa Municipal, vende tartas de diferentes sabores y con ello, reúne el dinero necesario para responder a su compromiso con sus hijos; pese a todo tuvo el tiempo para concluir una licenciatura en derecho y dejar trunca una maestría en educación.
Es difícil la doble labor de cuidar a los propios, y a los extraños; porque todas las mañanas al salir del hogar no se sabe con qué delincuente se encontrará en la calle, incluso queda la duda de si se volverá a ver a los suyos.
Igual que Gabino, miles de padres de familia potosinos aguardan una celebración efímera, habrá quienes reciban apenas un mensaje de texto, quizá una invitación a comer, y otros, ni siquiera eso; y es que la cultura colectiva no ha tomado con tanto arraigo esta conmemoración, que dista mucho del alboroto en cada Día de las Madres, cuando pululan las flores, regalos, los restaurantes revientan de comensales y la melodías clásicas para mamá, empalagan el oído.
Ante tal escenario, de poco sirve que San Luis Potosí sea el único estado con una efigie dedicada al Padre, no son más que kilos de hierro moldeados en una banca de la plaza El Carmen para recordar la importancia de una figura paternal en cada hogar.
Justo ayer este monumento cumplió 11 años de existir, fue inaugurado el 15 de junio de 2008 con impulso de la asociación Industriales Potosinos A.C. (IPAC) e incluso la población cooperó con llaves para su elaboración; la pieza es un conjunto de tres esculturas de bronce, dos niños jugueteando con su papá.
La figura fue creada por los artistas Mario y Joel Cuevas, sobre una placa se lee: “Sólo un padre es poseedor del arte necesario para inspirar en sus hijos el respeto, el amor y la amistad al mismo tiempo”.
Justo ahí, en el corazón de la capital potosina, los vendedores lamentan que no exista punto de comparación comercial entre el 10 de mayo y la fecha -ni siquiera definida- para agasajar a los padres de familia… se les recuerda cada tercer domingo de junio, y en este 2019 -aun siendo quincena- la compra de obsequios es bastante raquítica.
Alberto Narváez Arochi, líder de la organización Nuestro Centro, comentó que “incluso las reservaciones para comer en los restaurantes se mantienen igual que un día cualquiera, cosa que no pasa el Día de la Madre, también a los padres habría que festejarles un poco más”.
Sabedores de tal escenario, son escasos los establecimientos donde pueden leerse ofertas para el regalo de papá; aunque el porcentaje de quienes sí procuran entregar un obsequio es bajo, es de mencionar que los predilectos de los potosinos suelen ser prendas de vestir para varones: nada más allá de una camisa, pañuelos, aditamentos deportivos o incluso, objetos que deberán compartir con el resto de la familia, como entretenidos juegos de mesa.
Una joven entrevistada, Karla N., tuvo un destello de sensatez cuando afirmó que lo más importante en este día, es compartir tiempo de calidad con los padres, “un obsequio se lo puedo dar en cualquier día o fecha, pero el estar con él cuando nos necesita más, es lo más valioso que llegar con un súper regalo”… ¿discurso válido, o evidencia de antipatía?