Un solo litro de aceite contamina hasta mil litros de agua: Interapas
Tuvo que ocurrir el atentado cultural al Arco de las Culturas en Ciudad Valles , San Luis Potosí, para que los huastecos se dieran cuenta del sentido de pertenencia y unidad que llevan en sus genes sobre nuestro legado histórico y la imperiosa necesidad de defenderlo y protegerlo.
Las reacciones generalizadas de condena a la destrucción del arco que por más de 20 años dio la bienvenida a visitantes y propios a través de expresiones coloridas de símbolos y grecas de arte náhuatl, tének y pame plasmadas en sus columnas y rematadas con la imagen de un gobernador indígena, ubicado en el acceso Poniente a Valles, rebasaron antecedentes de algo similar, y lo más sorprendente es que surgieron de todos los niveles sociales, políticos económicos y de edad.
Todo ello tuvo ya una primera modificación al diseño original del arco que ahora retoma la estatua del Gobernador Huasteco para colocarlo al centro, y en sus extremos plasma los escudos del estado de San Luis Potosí y de Ciudad Valles.
Pero no es suficiente por austeridad cultural en símbolos, y ya algunos regidores propondrán a la Secretarias de Desarrollo Urbano a cargo de la obra, a la de Cultura y de ser necesario al Instituto Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (INDEPI)
para que contenga manifestaciones más amplias de los pueblos nahuatl, tének y pame.
Regidores del Ayuntamiento de Ciudad Valles reaccionaron también al mal humor popular por el derribo del Arco de las Tres Culturas y aunque se trate de un proyecto financiado por el equipo del gobernador Ricardo Cardona solicitarán las modificaciones que sean necesarias para que no pierda la esencia de las civilizaciones que crearon el gen cultural de nuestro origen.
Aunque difícilmente los vallenses y huastecos quedarán satisfechos y olvidarán la afrenta provocada en una decisión de tinte autoritario del gobernador Gallardo Cardona, no todo se perderá.
Las lecciones que deja este incidente son contundentes:
Los Huastecos no son dejados cuando de defender sus causas se trata y sacan la casta guerrera dejando de lado las diferencias de cualquier tipo; el gobierno del Estado como el Federal no pueden actuar con actitudes autocráticas y están obligados a respetar la soberanía Constitucional de municipios y consultar a los ciudadanos de cada región antes de emprender cualquier acción por más orientación positiva que la sustente, y escuchar con humildad para corregir fallas, nada se le quita y al contrario lo engrandece, más cuando como en su caso llegó con un gran respaldo popular que igual puede resultar muy frágil.