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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 27 de septiembre de 2020.- La droga sintética conocida como cristal ha desplazado al consumo de marihuana y alcohol en el estado de San Luis Potosí, convirtiéndose en la adicción número uno, además que según las autoridades, es la causa del alza de la violencia y homicidios.
El especialista en el combate a las adicciones, Dionisio Rentería Guerrero -Director del Centro de Rehabilitación Esfuerzo y Esperanza para Vivir, ubicado en la calle Liberado, del fraccionamiento Los Limones- dijo que la adicción a esta droga se ha focalizado en jóvenes que van de los 13 a los 19 años de edad.
«Nosotros lo que más tenemos son menores atrapados por el vicio y el consumo del cristal, son niños que empiezan a vivir y ya se están destruyendo, les brindamos ayuda a todo al que la pida, la gente habla mucho, pero no ha tenido la satisfacción de ver cómo se va recuperando una persona».
Rentería explicó que las mujeres también se han vuelto importantes consumidoras de esta droga, destacando que en ellas la destrucción es más rápida.
«Las personas que tienen un período de consumo largo de cristal es muy difícil que puedan alejarse de él, los atrapa totalmente y los enferma como no se imaginan; cuando llegan a la clínica, nosotros tenemos que trabajar día y noche por 15 días, les metemos suero, checando la temperatura porque cuando inicia la desintoxicación empieza la desintegración del cuerpo, muchos empiezan a arrojar sangre, la verdad es muy complicado», advirtió.
El síndrome de abstinencia por cristal -según el especialista en adicciones-, también implica padecer alucinaciones visuales y auditivas por un mes, además de causar violencia por la desesperación.
«Entran en una crisis, tenemos muchas veces que sujetarlos porque empiezan a ahorcarse y a golpearse, hay mucha desesperación y ansiedad causada por no consumir la droga».
En cuanto a las recaídas en el tratamiento contra esta droga, Dionicio Rentería mencionó que la clínica donde ayudan a las personas con sus adicciones tienen un promedio de 50 por ciento de recuperación y 50% de quienes caen en el consumo nuevamente.
«Tengo muchos que han salido, están trabajando y regresan a compartir con nosotros y también tenemos muchos que recaen, pero seguimos luchando con ellos, los monitoreamos una vez que salen del centro, les preguntamos cómo están y si se requiere vamos hasta su casa, primero platicamos con para hacerle ver las cosas y si no entiende, platicamos con la familia y se interna», explicó.
El éxito de las recomendaciones se basa en que el Centro de Rehabilitación Esfuerzo y Esperanza para Vivir no se apoya en medicamentos, a diferencia de otros lugares.
«Para nosotros la desintoxicación es total, evitamos usar medicamentos porque si lo hacemos es como si estuviéramos drogando, en nuestra experiencia no puedes ser dependiente a una pastilla», indicó Rentería.