Proponen a Jorge Daniel Hernández como nuevo director del Interapas
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 25 de julio de 2019.- Fue un día como hoy, pero de 1533, cuando el español Nuño Beltrán de Guzmán fundó circunstancialmente el municipio de Ciudad Valles, antes llamado Villa de Santiago de los Valles de Oxitipa; en la celebración de este año, la llamada Puerta Grande de la Huasteca Potosina alcanza su aniversario 486.
Esta conmemoración ha mantenido una fiesta entre los habitantes del segundo municipio en importancia de San Luis Potosí, con una serie de programas culturales, deportivos e históricos, así como exposiciones gráficas a lo largo de la semana.
Una de las participaciones destacadas es la conferencia Valles y sus Remembranzas, del periodista e historiador Julián Díaz Hernández, quien a lo largo de décadas se ha dedicado a la investigación de los acontecimientos más importantes que han marcado la historia del municipio.
De acuerdo con sus aportaciones, Nuño Beltrán no pensó jamás en la posibilidad de fundar un municipio, sino que estaba ocupado en recuperar todas las extensiones territoriales que fueran posibles antes de que le notificaran que una Real Cédula -fechada el 20 de abril de 1533- le había quitado la gobernación de Pánuco.
Fue así como el 25 de julio llegó a la región a fundar la Villa de Santiago de los Valles de Oxitipa, establecida en un emplazamiento estratégico.
“Si acaso hay que reconocer que el español fue inteligente al elegir la confluencia de diversos valles, lo que le aseguró al naciente poblado una situación geográfica preeminente, complementada con el caudaloso río que pasaba a un costado, y que le suministraría de agua; eran características que lo hacían muy superior a la ubicación del antiguo pueblo de Oxitipa (cerca de Aquismón) en los tiempos de Moctezuma Xocoyotzin”, compartió el cronista.
Sus indagatorias históricas dan cuenta de los orígenes, como que los habitantes de la región de Valles formaron parte de la gran familia maya, que se extendía por toda la costa desde Soto La Marina hasta América Central; después se dividió en dos ramas: la de Yucatán y la de la huasteca.
Los pueblos originarios cultivaban con habilidad las artesanías, las mujeres vestían la indumentaria que presenta el Códice Vaticano y ellas mismas hacían la tela y los vestidos; además de la bien lograda cerámica, los huastecos trabajaban el oro, el cobre, el jade, el ónix, la obsidiana y la piedra.
En sus conferencias, narra con detenimiento los inicios, desarrollo y actualidad del municipio, que ciertamente ha tenido varios resurgimientos; según relata uno de los más importantes tuvo que ver con una etapa crítica de inseguridad -generalizada en todo el país- de la cual tomó varios meses reponerse.
Tales acontecimientos se remontan al año 2012, cuando el turismo regresó en abrumador plan ascendente para convertir a la ciudad en su hotel, arribando por la nueva autovía a Rioverde y derramando divisas. Encontrándose con una ciudad floreciente que lo mismo compra en sus nuevos supermercados, que se divierte en sus monumentales parques, sin importarle la elevada marcación de grados en el termómetro de la región huasteca.