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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 4 de julio de 2019.- A través del tiempo y en todas las culturas del mundo, la danza ha estado presente como remedio infalible para darle alegría al corazón.
En la modernidad, el baile sigue como aliado de quienes encuentran en sus pasos y sonidos un estilo de vida que puede ser muy variado: danza clásica, tango, cumbia, bachata, hip hop, break dance, cumbia texana y salsa, son sólo algunas de las posibilidades.
Además, para el bailoteo no hay restricciones de edad, sexo, condición física o social que impida poder disfrutarlo, y ¿por qué no?, ser un profesional de los ritmos.
Emilio Guerrero, El Texano de Oro, es coordinador de la Academia Dance Steps, donde se puede aprender cualquier estilo de baile; con una cadencia nata, ha logrado trasmitir el ritmo y darle un sentido especial al gusto por el baile a quienes buscan aprender, incluso quienes no imaginaron lo buenos que podrían llegar a ser.
Uno de los alumnos más avanzados de Dance Steps, es Axel, un chico de 16 años que pasó de ser un jovencito tímido a un máster del baile y alma de las fiestas por su peculiar manera de moverse al son que le toquen. Además, encontró en las pistas el antídoto más efectivo contra las tristezas.
Otra que destaca por sus vistosos pasos es Ivette, quien decidió seguir aprendiendo distintos ritmos cuando tuvo que contratar un servicio de baile para sus XV años. Ahora, nadie la detiene al ejecutar la llamativa cumbia texana.
Ellos coinciden en que el desconocimiento de ritmos o la vergüenza de que la gente vea torpeza en las pistas, aleja del disfrute… pero el truco es aprender a divertirse y conocer lo que puede hacer el cuerpo cuando se contonea al ritmo de la música.
Por mera distracción o buscando ser profesionales, el baile sigue siendo un remedio infalible que no nadie puede perderse, sobre todo en una época en la que el ritmo, pero de vida, obliga a buscar un escape para el estrés.