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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Algunos medios de comunicación, simpatizantes de la administración pública federal actual, han reportado que la Fiscalía General de la República, FGR, ha impugnado una absolución dictada por juzgador competente (https://lajornadasanluis.com.mx/ultimas-publicaciones/fgr-impugna-fallo-que-absuelve-a-cientificos-del-conacyt/).
La sentencia absolutoria que ha sido impugnada es sobre personal de CONACYT, entre otros, ante una acusación del Gobierno Federal; se trata de la batalla legal detonada por ese consejo (aunque CONACYT se quiera lavar las manos como Pilatos) y atraída por la FGR con matices de querella personal.
Las personas acusadas, por ahora absueltas, han laborado en instancias de CONACYT o en asociaciones científicas, como el Foro Consultivo; algunas de esas personas han dedicado muchos años a la investigación en ciencia o tecnología y a la docencia universitaria.
La impugnación de la FGR luce como acto oficioso y personal, gran paradoja, ante hechos recientes en un caso de carácter distinto, es aquel caso que señala de plagio a la ministra de la SCJN; la concatenación de ambos asuntos, impugnación y el caso de plagio de tesis, tiene base en lo siguiente.
El titular de la FGR también ha sido señalado de plagio con alcances en beneficio de membresía al Sistema Nacional de Investigadores, SNI, nombramiento inmerecidamente otorgado en el nivel mas alto; así, aun cuando el señalamiento de plagio por Gertz Manero no es sobre la tesis que sustenta su título o grado de licenciatura, con efectos en una patente de ejercicio profesional, es plagio al fin y no ha sido desmentido ni desacreditado con evidencia clara, sino sólo con diretes y estrategia de dejar el asunto al olvido.
¿Es coincidencia que la ruta del plagio de la ministra y sus efectos comparta cronología con la impugnación de la FGR ante la absolución de científicos de CONACYT?
Hay quienes aseguran que en política nada sucede por coincidencia; esta premisa se sostiene es por razones históricamente probadas (aguas UNAM).
Luego entonces, ante situaciones como la descrita arriba, se desdibuja y desvanece toda política pública en Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, del Gobierno Federal; incluso los resultados medianos lucen peor de lo que son, tal es el caso que este año las ministraciones de beca para miembros del SNI han sido oportunas para quienes tuvieron evaluación en 2022, empero resalta que cuatro años después es que CONACYT ha operado oportunamente lo que ya sucedía al 2018.
No sólo en CTI, pero resulta que la administración federal actual y sus políticas públicas en esta materia han sembrado desconfianza en todo nivel; tanto que una oficina norteamericana ha hecho fuerte declaración en el asunto de maíz transgénico y su comercio a nuestro país, declaración que señala al gobierno mexicano de fincar la no importación del grano con ausencia de información científica en el tema.
Los reveses legales están por doquier en el ámbito de la CTI, en lo administrativo, en lo penal, en comercio internacional, etcétera; es el despropósito disparatado de la CTI como elemento político, consecuencia de la ideologización, se trata de la descomprensión de la CTI y los fines de ésta.
No sorprenderá que la impugnación de la FGR ante la absolución de los científicos de CONACYT resulte nuevamente en un fallo de autoridad en favor de los imputados.
Por esos reveses es que Palacio Nacional tiene cada vez mas desgaste en esta componente política.
De facto, se ha requerido actuación, con base en el peso específico presidencial, para que la iniciativa de ley en materia de CTI ingrese y se agende en lo legislativo con posibilidades de quedar como reforma normativa.
Van a la carga de nueva cuenta, una y otra vez, en destructivas escaramuzas innecesarias sobre la poca y perfectible estructura funcional en CTI.
Ese será el legado del CONACYT actual, ese es el soporte “científico” que le dan al Ejecutivo Federal y a su titular, ya veremos los efectos en el 2024 y después de ese año.