V, U, W, L… ¿qué letra para la recuperación económica?

En semanas pasadas, analistas económicos, la Secretaría de Hacienda y el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador han hecho pronósticos del sentido de la recuperación económica en México, representado por una letra del abecedario y dependiendo cuál escogen es la inmediata o lenta reactivación.

La letra que le gusta a López Obrador es la V, es decir, hay una caída de la economía pero una rápida recuperación económica, me imagino confiado por la apertura en julio próximo del T-MEC (tratado comercial entre EEUU, México y Canadá) y el cual costó muchos meses negociar hasta el grado de estar en algún momento al borde de la no conclusión.

La letra que le gusta al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, es parecida a la paloma de Nike, es decir, un crecimiento del PIB y demás factores económicos de forma gradual, no tan rápida cómo lo pronostica su jefe. De hecho, en ese tipo de proyecciones y en otros cómo la caída del PIB en los próximos trimestres, tampoco coinciden AMLO y su secretario.

Y, recordemos también, su ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, hoy crítico de la 4T, tampoco empataba con el Presidente hasta el punto de tener que renunciar al cargo público.

Y la letra qué ha sonado en los medios de comunicación por los analistas económicos es la L, es decir, un estancamiento y lento proceso de recuperación, o la W, subidas y caídas por lo inestable en que se comporta la pandemia de la Covid 19 y los posibles rebrotes en el corto plazo. La U, es parecida a la V pero un poco más lento el proceso, en forma de curva ascendente.

Hay que tomar en cuenta que el país ya venía decreciendo en su PIB en el primer año de gobierno de AMLO, quebrando la tendencia de crecimiento del sexenio de Enrique Peña Nieto y de los anteriores. Es decir, en el periodo neoliberal, como le han denominado, la economía crecía a tasas del 2% promedio anual, algo que paró de tajo la 4T.

Circunstancias hay varias, pero el hecho de menos inversión, por desconfianza en los empresarios y mercados y la parálisis de licitaciones para otro tipo de proyectos, dentro de ellos el petrolero, aunado a la cancelación de obras como el aeropuerto de Texcoco y las cancelaciones de otras en otros estados, ha mermado el ritmo económico del país, sin duda.

La Covid 19 no le vino como anillo al dedo a la 4T. Al contrario, el PIB venía mal y esto lo único que hace es acrecentar la caída. Por eso la insistencia de López Obrador de tomar otros indicadores de crecimiento económico, como el bienestar o la felicidad, para no toparse con su hasta ahora “coco” en su sexenio: el crecimiento del Producto Interno Bruto.

Por lo inestable que es vivir con esta pandemia, y hasta que no se encuentre una cura, me inclino por la figura de paloma de Arturo Herrera. Al tiempo.

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Saludos.