El episcopado ante el ‘segundo piso de la 4T’
Tal como decíamos en pasada crónica, las muertes de periodistas levantan la indignación de los del oficio, que aprovechan para señalar al que siempre consideran culpable. Pero después de pasados unos días, se olvidan de la situación y vuelven a la actividad diaria. Lo grave es que organismos internacionales hacen lo mismo porque así justifican los enormes ingresos que reciben de los países miembros. Si se analiza la situación de estos últimos, como la Corte Internacional de Derechos Humanos de la ONU, la Comisión Internacional de Derechos Humanos y otros, su labor deja mucho que desear. Los organismos de la ONU respiran cuando ha pasado algo en México, porque pueden aparecer para exigir seguridad y apoyo a comunicadores. Pero mientras, el país que tiene en vilo al mundo Estados Unidos, hace y deshace y está a punto de enviar las peores arrnas a Ucrania y el titular de la ONU Antonio Guterres se confiesa fracasado para impedirlo. Millones han muerto en el mundo con el demérito de esta organización, pero México, el siempre sufrido México, es el que ofrece por desgracia las situaciones para que se validen. Una de ellas es la muerte de periodistas.
LO GREMIOS LANZAN ¡AL LADRÓN AL LADRÓN!, PERO ELLOS NO HACEN NADA
En el libro Periodismo y Derechos Humanos, una de las ediciones que hizo la Fundación Buendía, ésta en 1993, se abordan los casos que agredían al periodismo mexicano y publican en él, diferentes comunicadores dando sus puntos de vista en torno a las causales que deprecian la vida de un periodista. Por ahí aparecen José Reveles, Andrea Bárcena, Federico Reyes Heroles, José Álvarez Icaza, entre otros. Incluso fotógrafos como Pedro Valtierra, Héctor García y Marco Antonio Cruz, los dos últimos ya fallecidos. En mi participación Los derechos de los comunicadores, recuerdo haber señalado los problemas , que hace 30 años tenían los periodistas y no se ve que se hayan resuelto. Uno de ellos, el asesinato. En mi escrito menciono a 50 periodistas asesinados en los últimos ocho años, la impunidad que había, la recurrencia de la violación de derechos humanos y de organismos internacionales que nada resolvían. Había visos entonces de cierta organización a través de la Unión de Periodistas Democráticos, pero esos planes no cuajaron. Es la triste realidad actual.
LA SITUACIÓN POLÍTICA ALERTA DESCALABROS PARA HACER SEÑALAMIENTOS
Se critica la movilización violenta que se está dando en el país vecino con motivo de la campaña electoral. Una de ellas es la exacerbación de la guerra y otra, la víctima de siempre, México, para invadirlo y atacar a sus infractores. Pero México no se queda atrás en varios sectores. Estas agresiones como la muerte del corresponsal de un diario progresista como La Jornada que apoya a AMLO, el caso Chilpacingo tan absurdo, entre otros, no son sino signos de exhibición de una situación en marcha. Y que se puede recrudecer en el periodismo, visto lo que causa en el mundo la muerte de un periodista, que es utilizada como acto distraccionista y validación.