
Elusiva imparcialidad
Sin pretender de ninguna forma denostar el trabajo de quienes llegaron a un puesto popular por medio de la elección democrática, y mucho menos con los de países ajenos al mío, es menester dar cuenta de los sucesos internacionales que se han dado en recientes fechas.
Por un lado el asesinato de Shinzō Abe en Japón, ex primer ministro de ese país que logró la milagrosa recuperación del pueblo nipón después de los terribles acontecimientos como el terremoto y la subsecuente devastadora ruptura del reactor de Fukushima y que estando en campaña política fue arteramente atacado por un personaje con motivos extraños e indescifrables. Descanse en paz.
Mientras que en la Gran Bretaña el temerario político Boris Johnson se queda sin el apoyo de su propio partido y su gabinete después de haber estado involucrado en escándalos que sacudieron la misma Inglaterra, que ya ha participado en diversas situaciones parecidas, con la particularidad de que esta vez fueron fiestas bacanales durante el periodo de confinamiento de la pandemia de COVID-19, lo cual causó gran indignación entre el público. Boris, un populista que prometió cosas que al pueblo y que para muchos fueron perjudiciales, por ejemplo logró nada más y nada menos que el famoso Brexit, es decir la salida de Gran Bretaña de la unión europea, con consecuencias que han sido por lo menos inesperadas y dificiles.
A ojos de este monero la caída de ambos personajes, en ambos casos refiriéndome a una alegoría, (solo que en el caso del propio ex primer ministro japonés es triste y trágica) parecía que era necesario tomar en cuenta, observar y anexar los hechos a la historia del mundo, con los ojos cautelosos de quienes pretendemos analizarlos y crear un aprendizaje de ellos, creo yo que esa es la virtud pura de la experiencia humana.