
Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Lo más feo del aumento a las tarifas del transporte público que aplicará para San Luis Potosí, de manera irremediable, el próximo 25 de enero, es que el usuario es el único que nunca sabe en qué se basaron las autoridades, para tal decisión.
Los diputados, por ejemplo, volvieron a salir con su perorata a defender la ley. El vicepresidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, Rolando Hervert Lara, dijo que de no haber un incremento «se pondría en riesgo la calidad del servicio que se brinda a los usuarios», una verdadera patraña, pero su conservadurismo le impide aceptar que el buen servicio no es algo que precisamente esté garantizado en la actualidad.
¿No vio, acaso, que los usuarios dieron a conocer la lista de las rutas más peligrosas y que los propios choferes afirman que los ‘botones de pánico’ sirven para dos cosas? Si a eso le llama «calidad», no cabe duda que está delirando en su afán de ser candidato del PAN, su partido, a Gobernador en 2021.
El legislador todavía se dio el lujo de expresar que si de las fórmulas que dicta la norma para aumentar la tarifa, la misma no termina en múltiplo de 50 centavos, se ajustará al múltiplo de 50 centavos más próximo. Ahorita cuesta 9.50 pesos, pongamos dos ejemplos: que la tarifa suba a 10.20 pesos o a 10.30 pesos. En el primer caso, bajaría a 10.00 y en el segundo, aumentaría a 10.50.
Es decir, los diputados, incluido Hervert, antes de estar a favor de cualquier tarifazo, deberían legislar para que los incrementos a cualquier servicio público o privado, siempre sea a favor de la gente, no como en el caso de la citada fórmula. De esa manera sí estarían del lado correcto.
El otro gran pendiente es precisamente el de la calidad. Y en este caso, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Fernando Chávez Méndez, ha sido omiso, porque jamás se le ha visto informar al público, ya no digamos en una conferencia de prensa seria sino en sus declaraciones de banqueta, si los concesionarios han cumplido sus obligaciones y compromisos, pero con datos duros, reales, irrebatibles. Digamos, un «quién es quién» del transporte, así como se hace en las mañaneras de López Obrador con las gasolineras.
Como vemos, Hervert está muy equivocado al afirmar que si no hay aumentos, el transporte colapsará, cuando hay muchas maneras de beneficiar a los usuarios y a los propios concesionarios, pero no con una visión meramente económica, sino de justicia social, lo que no se termina de comprender.
Ni modo, estimado lector, el 25 de enero pagará más por el pasaje y nadie se preocupará por darle las explicaciones que usted se merece.