Libros de ayer y hoy
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Recientemente se han hecho descubrimientos en materia de economía global que suenan totalmente asunto de ciencia ficción.
En un principio los recursos que como civilización explotábamos se referían en primer lugar a los que provienen directamente de la naturaleza como lo son las maderas, los minerales o el agua. Después los que pudimos cultivar o crear a partir de esos recursos naturales, por supuesto que a la par el recurso humano, que nos llevó a momentos terribles como fue la época de la esclavitud, y más adelante recursos industriales que provienen de la transformación de los recursos primarios. Ahora en nuestra época con asombro vemos que existen recursos que pueden ser un factor económico importante y que no tienen un origen directo en el mundo palpable, como es el caso de las Cripto Monedas.
No hace mucho se habló de los problemas globales que significaba la venta de datos que las redes sociales y el Internet estaban recabando acerca de nuestras personas. Y aunque los gobiernos están tratando de regularizar y proteger al individuo, es casi imposible, ya que los cerebros detrás de estas nuevas fábricas de recursos virtuales están siempre 1, 2 o mil pasos delante de lo que la sociedad percibe. La comparecencia de Mark Zuckerberg en recientes audiencias con comisiones especiales del gobierno de los Estados Unidos pusieron los nervios de punta a más de una persona, organización y gobierno del planeta. Ya que por voluntad propia y de alguna manera sin la información necesaria uno accede a redes sociales como los son Facebook o Twitter y comienza a realizar actividades de entretenimiento, trabajo y comunicación. Pero cada acción que realizamos funciona como un burro atado a una piedra de molino, estamos minando riqueza para alguien más. Esta riqueza proviene de tener bases de datos complejas que pueden ser analizadas por algoritmos de alto nivel y con ello pueden predecir muchos de los comportamientos no solo individuales, sino también masivos. Esto pone a temblar los nobles cimientos de la democracia. Ya que nuestro sistema político principal se basa en que el individuo analiza y razona cuáles son las mejores opciones para un gobierno en su patria.
Pero el conocer las tendencias y comportamientos de las masas permite alterar en respuesta las propuestas propias de los candidatos de manera que se adecué a lo que el pueblo en masa está exigiendo. Sin embargo, si estos candidatos que utilizan estos sistemas comienzan con pequeños cambios e inducen por otro lado nuevas direcciones de pensamiento poco a poco, pueden lograr que los individuos a través de los medios de comunicación decidan situaciones diferentes. No es algo fácil, no es algo barato, afortunadamente todavía no está al alcance de cualquiera pero se rumora que los norteamericanos, los orgullosos creadores de muchos de estos sistemas, se vieron influenciados masivamente en las recientes elecciones eso explica como llegaron a tener un presidente de la calaña de Donald Trump. De igual manera se rumora que hubo alguna influencia en las recientes elecciones mexicanas por parte de enormes corporativos con intereses o en plan mercenario ubicados según el rumor, en Rusia.
Y no quisiera tocar siquiera el tema de las granjas de bots que los partidos políticos mexicanos están claramente operando en favor o en contra de los actores de la gran comedia por el poder que se encuentran sobre el escenario. Y precisamente no quisiera tocar el tema porque estos Bots funcionan solamente si se dan dos vertientes una la de crear tendencias al simular individuos independientes que generan respuestas inmediatas, o simulando las masas para manipular las tendencias reales y entonces actuar con esos datos que se originan de los bots y de los humanos reales. Bueno no me mal entiendan, detrás de un bot siempre hay un humano, pero un humano que tiene otros cientos de voz a su servicio.
Lo que realmente quiero tocar como un tema importante en este caso es la información en sí, el dato sobre cada individuo que utiliza los medios de comunicación masiva, la redes sociales y los aparatos de telecomunicación. Eso es prácticamente todos. Es muy difícil que un adulto actualmente no opere ya sea las redes sociales, los teléfonos, los celulares, el Internet, etc. Incluso el gobierno promueve el uso de todos estos medios creando que el ciudadano tenga una presencia por mínima que sea en el espectro electrónico. Claro que aún se conservan sistemas para que el ciudadano tramite y procese los capítulos referentes a la autoridad y el gobierno de manera análoga, pero por otro lado el gobierno sigue vertiendo la información que recaba de cada uno de esos individuos a los medios electrónicos lo que de una u otra manera nos hace seres humanos de carne, hueso y códigos electrónicos.
Recientemente en las cámaras se votó un cambio en la ley Federal de telecomunicaciones y radiodifusión en la que se obliga a las compañías telefónicas a entregar toda la información que posean sobre los usuarios, no solamente los datos que ya había sido un gran pesar entregar en su momento, como lo son el nombre y el domicilio de cada individuo, Sino que ya información mucho más delicada e íntima como lo son la huella digital, la configuración del Iris y hasta los elementos reconocibles del rostro.
Esa información es un recurso que tiene un gran valor económico en nuestros días y está por convertirse en una enorme moneda de cambio por la que estarán los países, gobiernos y corporaciones internacionales luchando por conseguir. A quien no crea que esto sea posible o sea una exageración, pregúntese por qué los dueños de las compañías como Facebook, Google, Amazon, etc. están en las listas de los más ricos del planeta. Sin ir más lejos todos sabemos que el ingeniero Carlos Slim es nuestro gran magnate mexicano y parte de su fortuna está en las telecomunicaciones.
Este recurso siempre debe de ser propiedad del individuo, pero a diferencia de una pepita de oro, una vaca, una tonelada de naranja, una interpretación de ballet, un automóvil o una consulta médica, la información puede ser duplicada. Tan fácil como las Palabras mágicas copy & Paste. Es decir, la información puede ser robada sin cambiar específicamente de manos, no desaparece del poseedor, no puede ser recuperada, porque nunca se perdió.
El manejo de toda esta información es sumamente delicado ya que una vez que está fuera de su resguardo puede ser duplicada sin control. Y peor aún los cazadores de esta información están ávidos de conseguirla. Algunos con objetivos criminales contra el individuo mismo como es el caso de aquellos que roban la identidad y con ello succiona en la riqueza del individuo. Pero los hay también que lo requieren de forma masiva para fines igualmente oscuros e indeterminados. Poner en manos de una organización, institución (gobierno), o individuo debe de ser un acto consciente y una decisión de cada persona. No puede obligarse a los ciudadanos a entregar esos datos, aún cuando el gobierno garantizará el resguardo de este valioso recurso, que no debemos olvidar que puede perjudicar al individuo su uso incorrecto, y peor aún sin la garantía de que el propio gobierno que debe de ser salvaguarda de esta información, haga un uso correcto de ella. La proximidad a un estado opresor, controlador, manipulador y que se convierta en una autocracia o dictadura sustentada en el mal uso de este recurso, es una realidad hoy en día.
No podemos esperar a que la historia nos devele el terrible flujo de la invisible guerra de unos y ceros que está sucediendo en el subsuelo cibernético a nuestro alrededor. La intromisión en el país más tecnológicamente poderoso y avanzado del planeta en su recurso más valioso que es la democracia, nos debe de poner a preocuparnos lo que nuestro fallido gobierno actual y porvenir pueda hacer contra nosotros. En más de una ocasión hemos escuchado a algún individuo plantear la duda como argumento discrepante cuando se suscita una discusión de carácter profunda en donde invertimos nuestras preocupaciones, nos preguntan cosas como “¿qué pueden hacer estos pelmazos con esa información? “. Este monero quiere hacer énfasis en que la respuesta no se trata de lo que puede hacer el actual gobierno, que es mucho si se ponen a pensar, sino que tiene que quedar siempre la duda de que si el siguiente gobierno, ya sea que emane de la 4t o de la oposición, o de un movimiento que ni siquiera nos podemos imaginar, y ese gobierno tiene en sus manos esta información, nuestros datos, y peor aún nuestros datos biométricos, lo más íntimo, profundo e irrepetible del individuo, en caso de que el imaginado gobierno del futuro decidiera simplemente encogerse de hombros y hacer mal uso pensando en que tiene la razón y su causa es más importante que nosotros.
Para ponerlo con peras y manzanas, a ti mi estimado lector que estás de acuerdo y favoreces al actual presidente Andrés Manuel López Obrador te pregunto: ¿qué pasaría si el día de mañana esa información cayera en manos de un nuevo Carlos Salinas de Gortari o de un Felipe Calderón?
Y a mis lectores que están en contra del presidente, les pregunto, ya no por Andrés Manuel López Obrador cargando tu información en el bolsillo, todos tememos que después del Peje al que muchas veces hemos comparado con Hugo Chávez, venga un sucesor tan nefasto como Nicolás Maduro, que sabemos que es un individuo igual de podrido que Chávez pero mucho más idiota.