
El uso del pasado
Enero de 2022. Se nos juntó lo difícil con lo malo.
Porque ya es de todos conocidos el problema económico al que se refieren como “la cuesta de enero” en la cual, ya pasando el derroche de diciembre y la falta de ahorro que padecemos los mexicanos, también sé incrementan los precios de los productos más importantes, tanto los de Libre Mercado como los que controla el gobierno. Esto nos da una desaceleración económica que se siente directamente en los bolsillos de todas nuestras familias.
Y a esto añadamos que, a pesar de que sabemos que también es temporada en la que el clima no favorece a nuestra salud y no nos cuidamos apropiadamente, estamos para colmo todavía inmersos en el problema de una pandemia desde el año pasado, con la cual a veces parece que no podemos lidiar. Y es que la verdad a veces se siente que todo lo dejamos en manos de algún agente milagroso que de pronto nos va a salvar si nos enfermamos. En días recientes hemos sido testigos de varios familiares y amigos que se han enfermado de una forma aparentemente sorpresiva, pero recordemos que teníamos una y mil advertencias e información para prevenir los contagios. Y al problema general de la pandemia le tenemos que dar ahora un poco más de atención, ya que es de alta relevancia la información de qué hay mutaciones en el virus que nos han traído variantes cómo es el caso de la Delta que sigue presente y en constante expansión y la recién llegada Omicrón. Ambas tienen sus particularidades y son tan preocupantes como la cepa original y requieren que tengamos las medidas precautorias que ya de todos son conocidas y que nunca debimos de haber abandonado en primer lugar.
Esta situación es un reflejo de nuestra dificultad para prevenir estos problemas, tanto los económicos como los de salud, y enfrentarlos más allá de nuestro usual realismo mágico, ese pensamiento milagroso con los que los mexicanos a veces finiquitamos una discusión sobre cualquier tema complicado con frases que demuestran nuestra actitud peligrosamente despreocupada, tales como “que sea lo que Dios quiera” o “no pasa nada”.
Así que tenemos el problema de frente, debemos seguir resistiendo los eternos embates de una economía siempre difícil y no perder de vista en este enero, a un flagelante incremento de los contagios en nuestra población. Qué difícil panorama para todos, especialmente para los que no tienen mucho.
Este monero los invita, queridos lectores, a que se cuiden y resistan ante este par de problemones, ya que solo nos queda utilizar nuestra inteligencia y capacidades para contrarrestar sus terribles consecuencias.