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Trump, ¡uy que miedo!
Aún no se termina la discusión sobre la posibilidad de fraude. Pero como en todos los procesos electorales mexicanos que se impugnan, sabemos que el resultado final apenas se desmoronará un poco respecto al resultado que ya conocemos. Es decir, muy a pesar del fraude o no, los resultados ya son palpables. Y uno de estos resultados se da en el poder legislativo, en el cual aparece un caso que, aunque previsto por la Constitución y las leyes electorales, es inédito en nuestro país: la sobrerrepresentación de un conglomerado de partidos políticos en el Congreso.
Lo más equiparable en la mente de este monero para poder comparar esta situación proviene de un vídeo cómico que hace mucho tiempo se vio en las redes sociales. En dicho vídeo, un grupo de aparentes guerrilleros africanos en la selva le presta a un chimpancé una AK-47, el cual aprende a disparar y, lejos de asustarse, comienza a hacer un tiroteo en medio de la selva, haciendo huir a los bravos soldados. Eso es lo más parecido: Morena con sobrerrepresentación es como un chimpancé con una ametralladora de asalto.
Y está claro que no pretendemos nada más que expresar el valor intrínseco del peligro de una situación como ésta en una democracia, un peligro para la democracia misma, es decir, para todo lo que rodea a ese chimpancé. Es también importante saber que, tarde o temprano, el chimpancé se va a disparar a sí mismo al tener un poder tan inusitado en sus manos. Y por supuesto que ambas situaciones perjudican a México, como ya se vio en las recientes declaraciones hechas por algunos de los triunfalistas políticos pertenecientes a la Cuarta Transformación, como son Ignacio Mier y Fernández Noroña, cuyas hermosas palabras dispararon los índices del dólar y de la Bolsa Mexicana de Valores de forma negativa.
De inmediato, la aparente vocera del gobierno mexicano, como en su momento lo fue Enrique Peña Nieto, la electa Claudia Sheinbaum, trató de arreglar las cosas, pero ya era demasiado tarde. El golpe creó un escalón ineludible en la economía mexicana, que se encuentra realmente sensible ante los mercados internacionales.
Así pues, esta inflamación causada por un aglutinamiento imprevisto está creando prácticamente un monstruo que difícilmente será manejable para los mexicanos. Y lo peor de todo es que vivirá dentro de las entrañas de este país, en el corazón mismo. En el poder legislativo, junto con los otros poderes, creará una inestabilidad que nadie desea que exista, pero que a los pobres sin aspiraciones les vale prácticamente una corneta. Mientras sigan recibiendo sus emolumentos de bienestar, seguirán felices. Que no se acaben nunca las arcas públicas. Si no, ¿cómo iremos a solventar este gasto? Seguramente un chimpancé con una AK-47 no arreglará nada.