Morena, abuso de poder
Una situación fuerza el tema del Sistema Nacional de Investigadores, SNI, del CONACYT, sin afán simplista; ya que es más complejo por su carácter global y la esencia misma de la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI.
El SNI cuenta con 4 niveles, la membresía se da por evaluación de productividad -incluye cantidad y calidad- cada tiempo determinado y por elementos administrativos. Es esencial un resumen sobre lo mínimo exigido en una evaluación de productividad por nivel; hecha por comisiones de profesionales en la CTI.
El nivel mas bajo es referido como candidatura a la investigación; es requisito un doctorado y mostrar capacidad para responder preguntas científicas; comprobable mediante autoría de publicaciones en CTI.
El inmediato superior, conocido como Nivel 1, requiere, además de cumplir con lo que la candidatura exige, demostrar una capacidad de responder preguntas en CTI de manera sostenida y continuada; se comprueba con autoría a tasa anual en artículos de CTI.
El Nivel 2 requiere, además de lo exigido para lo anterior, demostrar la capacidad de formar recursos humanos en CTI y no sólo responder preguntas sino formularlas con independencia de tutoría alguna.
El Nivel 3, además de cubrir todos los requisitos en todos los niveles previos, ya que es el mas alto, exige demostrar liderazgo nacional y prestigio internacional en CTI.
La autoría en artículos es imprescindible, pues significa generación de conocimiento original, en libros es deseable, por impacto a la formación de recursos humanos, y la obtención de patentes o registros de propiedad son ansiados en disciplinas pues significan, al menos, concreción del conocimiento generado.
La situación que impulsa a detallar esto es que a la pareja del titular del ejecutivo federal se le otorgó la distinción Nivel 1 del SNI.
Sostengo que la politiquería no abona a que la CTI ofrezca soluciones a la sociedad y que es necesaria para el progreso sustentable de México.
Con esto en mente, debo decirle a quien no esté familiarizado con el tema que para los talentos en CTI, el SNI implica muy arduo trabajo, de hasta 60, 70 u 80 horas a la semana: llegar a obtener un doctorado serio y lograr publicaciones científicas meritorias para la membresía; en particular a quienes inician su carrera en CTI. Luego del esfuerzo inician o quedan en niveles bajos de los citados arriba.
Quienes tomamos esta carrera, así como las familias y seres cercanos, saben lo que arriba he dicho. No es drama, a nadie que aspire ser profesional de la CTI se le ha puesto una pistola en la cabeza para ello.
Apunto que es necesario talento y mucho esfuerzo lo que se debe hacer.
Ahora bien, un hecho es que una búsqueda en las bases estándares de datos editoriales, usadas para la evaluación de productividad, no arroja una tasa anual sostenida de autoría para que la pareja sentimental de Huey Tlatoani amerite el SNI, una que demuestre generación de conocimiento con su autoría publicaciones en CTI.
Otro es que, como dije, también hay una componente administrativa, una que exige adscripción remunerada a alguna institución pública de educación superior o un centro público de investigación –otras administraciones federales incluso apoyaron a investigadores en instituciones de educación privadas, la actual les ha discriminado-.
Al final hay elementos financieros.
Quienes se quedan al filo por algún elemento de evaluación o administrativo, quedan fuera del SNI cuando hay austeridad o estreches financiera.
Si CONACYT quiere congraciarse con el ejecutivo federal, ¿será quizá para mitigar tanta carencia en las políticas públicas de CTI?.
La inclusión en el SNI de la pareja sentimental del Jefe de Estado Mexicano es un acto político que perjudica el prestigio y el trabajo diario en la CTI: Daño profundo en credibilidad.
Por austeridad alguna persona ha quedado fuera del SNI, aun habiendo cumplido requisitos. Era lugar ocupado ¿Qué necesidad de quitarle esa posible beca a alguien que trabajó arduo en CTI?