
Oposición no regatea la unidad nacional ante llegada de Trump
Ninguna de las personas aspirantes a coordinar cualquiera opción para la elección del año próximo emite luz ni claridad en sus proyectos; dirán que no son tiempos de propuestas de gobierno, como si eso fuera impedimento para su proselitismo, como si no fuesen doctos en hablar sin decir para dar luz de qué tienen en mente.
Que si la empresaria, hoy senadora otrora vendedora de gelatinas, ha hablado de adquirir tecnología, sí, se mostró en redes rodeada de celdas solares para generar energía y cargar baterías de patrullas, pero nada de cómo consolidar a la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI mediante políticas públicas; que si consta en el diario de debates del Senado su simpatía por la CTI, sí consta, aunque con expresiones sin claridad de conocimiento en el tema pese a poder respaldar sus expresiones con personas expertas.
Que si el carnal palaciego ha hablado de TICs e Inteligencia Artificial para seguridad pública sin considerar el manejo de datos personales en posesión de terceros, sí, lo ha hecho; aunque omite que la CTI debe sujetarse al cumplimiento normativo (conocido como compliance) y que la CTI no es magia, sino que requiere de infraestructura que no tenemos (suficientes satélites, conexión a redes en todo el territorio, capacidad de procesamiento, ciberseguridad, etc.) e instituciones sólidas, con personal suficiente en número y capacidad, que permitan la aplicación del conocimiento propio y la expedita asimilación de aquel desde otras latitudes.
Que si la preferida de palacio dice haber sido profesional de la CTI, sí, lo ha dicho, aunque sea verdad a medias, es decir, tuvo una posición de investigadora en la UNAM previa obtención de doctorado en el extranjero, pero su carrera en CTI fue casi nula, de hecho no se pueden identificar con claridad sus contribuciones a la generación y aplicación de conocimiento sino como miembro de un grupo de publicadores; además, la oportunidad de programas serios en CTI, mientras fue jefa de gobierno de la CDMX, estuvieron ausentes en toda su gestión, se redujeron a decir que hacían.
Las otras personas están en el limbo respecto CTI y demás temas que no se incluyan en agenda desde palacio; de hecho, de estas personas, ni en oposición ni desde el oficialismo, salvo el caballo negro de palacio, extitular de SEGOB, tienen oportunidad alguna a la gran silla, quizá tienen opción en gabinete, oportunidad para contender por la CDMX, el senado o San Lázaro, eso será suficiente y realista.
Mientras tanto, proyectos en CTI están ausentes de la discusión pública nacional.
Por ejemplo, hace no mucho, el vecino norteño lanzó una oportunidad de la que nada sabemos sobre su seguimiento; es aquella convocatoria a concretar y desarrollar capacidades para la CTI del silicio dirigida a dispositivos de cálculo e instrumentación; si bien el estado computacional mas avanzado ya está en equipos de base cuántica, la CTI del silicio todavía tiene mucho por aportar como componentes de cálculo en dispositivos de cómputo y decisión para telecomunicaciones; satélites; vehículos híbridos y eléctricos; electrodomésticos e IoT; generación, calidad y distribución de energía eléctrica y un larguísimo etcétera.
Nada se sabe, quizá porque nada se ha hecho, ninguna persona de aspiraciones presidenciales, tampoco en CONACYT ni en palacio, han dado a conocer el estado de esa oportunidad, vaya, ni siquiera un comentario, no está en su foco de atención ni interés, por ahora y hasta mediados de 2024, sólo les interesan los votos y harán cualquier ridiculez en redes tanto como trampa concreta o argumentativa para atraerlos.
Por el contrario, de convertir a tal oportunidad en un programa nacional en CTI se impactaría favorablemente de manera transdisiplinaria, invariablemente sería factor de desarrollo y riqueza, a menos que sólo seamos quienes prestan el territorio para la instalación de centros de investigación norteamericanos; para que no suceda lo segundo, en éste y otros temas, habrá que insistir en tales programas.