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Oposición no regatea la unidad nacional ante llegada de Trump
En días recientes se ha corrido la noticia que el coronavirus llegó para quedarse; eso ha dicho la Organización Mundial de la Salud, OMS. El punto no es nuevo, como la influenza, VPH, en sus variantes virales, y el Sarampión, con un rebrote muy peligroso y silencioso, el COVD-19, con sus potenciales evoluciones, ya está aquí y se quedará.
Tal intuición o información ha hecho pensar a muchas personas que la vida será en extremo distinta a lo que conocemos. Amigos y colegas me han expresado que no vivirán igual.
Entiendo la duda, pero si vemos las cosas fríamente, resulta que sí será lo mismo en el caso que una vacuna sea replicada, producida en masa, y tenga éxito para que nuestro sistema inmune nos proteja, como en el de Sarampión, Influenza u otras.
Además de la existencia de la vacuna, se necesitan campañas correctas de vacunación y manejo apropiado de los recipientes de traslado para dicha vacuna; es decir, protocolos.
Por un lado, es necesario que las ciencias clínicas y epidemiológicas establezcan con precisión los grupos que deben ser vacunados, así como la frecuencia territorial y temporal de vacunación. Esto debe ser estricto y sostenido porque nuevos brotes surgen cuando hay descuidos; es el caso del reciente brote por Sarampión en México, responsabilidad del estado mexicano.
Además, por el otro lado, también es necesario que los métodos y protocolos de traslado y distribución para las vacunas sean apropiados, es decir los cuidados para las vacunas en tránsito pueden requerir diferencias para el desierto, la selva tropical, alta montaña y climas templados húmedos y secos. Recordemos que en México tenemos todo eso y quizá me quedé corto.
Para este segundo punto, la ciencia e ingeniería de materiales podría ser requerida a fin preservar e identificar las vacunas que hubieran sido sometidas a condiciones inapropiadas, ya de temperatura, ya de humedad, ya de iluminación u otra; eso depende de la vacuna misma. Los recipientes son hechos de materiales y se pudieran requerir nuevos de ellos.
Una vez mas, es en la ciencia, tecnología e innovación, CTI, que se encuentra en la posibilidad de que la normalidad no sea nueva sino renovada.
La CTI nos podrá permitir la opción de abrazar a nuestros seres queridos, darnos la mano fraternal con amigos y compadres, dar beso de cortesía en la mejilla, entre mucho mas. Ser cálidos como personas, expresar con cariño nuestras filias.
La CTI daría solución mediante el diseño de vacunas, otros países están en etapas de pruebas avanzadas, además con las campañas de vacunación y con nuevos materiales, hasta nanoelectrónica para los traslados con protocolos apropiados. En el límite, con seguimiento georreferenciado para saber si algún lote de vacunas tuvo ruta fuera de lo planeado.
Pero, en México, la CTI está en riesgo y con ello también la posibilidad que la sociedad entera reciba los beneficios de ésta.
Para ilustrar lo anterior un botón. Me dicen que en el CINVESTAV, una de las instituciones dedicadas a la CTI con mayor prestigio en México, han recibido la notificación que deberán reducir en 75% su gasto de operación. De suceder deberán cerrar ese centro. Es extinguirle. No es el único caso de institución mexicana para la CTI en riesgo.
Entretanto, el Secretario de Educación Pública, SEP, dónde se haya sectorizado el CINEVSTAV, tiene pretensiones de gobernar un estado del bajío mexicano. De hecho, se le incluye en encuestas demoscópicas, para el proceso en 2021, bajo la bandera de mayor aceptación en elecciones recientes.
Que alguna persona tenga pretensiones gubernamentales no es problema. Lo pueden ser riesgosas son las decisiones que se toman, los actos que se realicen.
Si la clase de actos de un gobernante incluyen descuidar, desatender y hasta extinguir instituciones de CTI, entonces sí es un problema. De ser el caso, tal y como en CINVESTAV, la sociedad no recibirá los beneficios de una CTI propia.
La CTI no tiene ideología, tiene métodos que ofertan soluciones a la sociedad con base en hechos reproducibles y sistemáticos. No hay CTI originaria ni occidental, ni socialista ni neoliberal. En donde se entiende esto hay solo eso: Soluciones con base en la CTI.
Si bien la CTI no es la única fuente de soluciones, es muy claro que sí es una fuente de éstas; una muy sólida cuando se le refuerza.
Por ello, lo informado por la OMS sobre COVID-19 no implica cambio en nuestras vidas, pero sólo cuando haya vacuna, campañas de vacunación eficaces y protocolos de traslado apropiados.
Mientras esto no suceda, recordemos que se busca exista la vacuna en 2021, la vida será diferente. La normalidad no será ni normal ni nueva, será distinta.
Si el plan es tener dependencia de otros países para obtener los satisfactores que la CTI oferta a las necesidades de la sociedad, entonces las presiones desde la SEP a CINVESTAV y desde CONACYT a los CPIs bajo su coordinación, pues, será la que se use.
Mi opinión, esto último es un error.