El episcopado ante el ‘segundo piso de la 4T’
Treinta y siete años después volvió a exhibirse, ahora en redes, el excelente documental de Salvador Díaz Sánchez Los encontraremos, que ganó el Ariel en 1984 al sorprender a un jurado con el tema tan terrible, de los desaparecidos. Con la participación en el guion, del también videoasta reconocido Carlos Mendoza, Díaz Sánchez realizó una amplia entrevista con Rosario Ibarra de Piedra, en su lucha por la búsqueda de su hijo Jesús y la creación de organismos que abordaron el problema para desnudar la política represiva y autoritaria de los gobiernos priístas. Estos, a la par que hablaban de democracia, liquidaban o mantenían presos y torturados a los que desafiaban su sistema. La señora Piedra Ibarra se lanzó no solo como madre desesperada por encontrar a su hijo, sino para dejar claro ante el mundo, el sistema de los que agarrados del poder, reprimían para seguir ejerciendo el control. La rebeldía de los jóvenes, la búsqueda de un cambio profundo que se enraizó en el movimiento del 68 fue respondido con demagogia, promesas no cumplidas y represiones nuevas. Ibarra de Piedra se entrevistó 39 veces con Luis Echeverría.
DESDE LEA, TODOS PROMETIERON Y NINGUNO CUMPLIÓ. LA TORTURA AUMENTABA.
En 38 minutos en los que se describe la negra etapa que vivió México, la defensora de derechos humanos va relatando las incidencias de su participación con el fondo de un narrador que reseña los tiempos y los hechos y se ven marchas de apoyo a las demandantes, que al final se desbordan en un apabullante gentío que gritaba por la vida y la presencia de los desaparecidos. Miles de estos son algunos de los que ahora engruesan la lista de los que se desconoce su paradero, aumentados en ese enfrentamiento que atizaron gobiernos y crimen organizado. Se habla de más de 60 mil. En la voz de Rosario desfilan personajes y lugares, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Fernando Gutiérrez Barrios, un dubitativo Jesús Reyes Heroles, Javier Garcia Paniagua, Carlos Hank González, Oscar Flores Tapia, Francisco Sahagún Vaca, Miguel Nazar Haro, Pedro Zorrilla Martínez, Pedro Ojeda Paullada, el grupo Monterrey, la Brigada blanca, el Campo Militar número uno, cárceles clandestinas y de tortura como la Santa Martha Acatitla de ese entonces, la toma de la Catedral Metropolitana, y la relación de Ibarra de Piedra con las madres de otros países latinoamericanos. que tenían la misma lucha en una triste situación de coincidencia; con hijos y esposos señalados como delincuentes, por haber desafiado a sistemas que imponían la represión. Todas ellas, con voces que resonaban en el mundo, pedían que se aplicara el derecho. Que se juzgara a sus hijos si lo merecían, pero con la Constitución en la mano. En determinado momento, y ante la evidencia de que las promesas no se cumplían, Rosario dice que tomó la Constitución “y la tiré al cesto de los papeles”.
EN EL ARIEL, ROSARIO IBARRA SE HIZO PRESENTE, COMO LUCHADORA Y VÍCTIMA
Gobernaba Miguel de Lamadrid en 1984, cuando el jurado del Ariel hizo público el reconocimiento de la lucha de las madres y esposas de desaparecidos, al premiar el documental de Díaz Sánchez, Los encontraremos. El ha realizado multitud de documentales y tiene otro Ariel por su documental Juchitán lugar de las Flores. Además de académico, es poeta y ha escrito centenares de poemas que circulan en las redes. Rosario acompañó al videoasta al pódium de la entrega. De la Madrid hizo mutis en esa ocasión, pero no a la hora de promover el gran fraude electoral de 1988, contra Cuauhtémoc Cárdenas. El cortometraje fue muy exhibido al poco tiempo de su triunfo al que se sumó la mención del quinto Festival de Cine Latinoamericano en la Habana, en ese mismo año. La realización del documental la hizo Díaz Sánchez y en el guión y la asesoría participó Carlos Mendoza. También asesoraron Ramón Aupart y Ariel Villegas. En este momento, a 37 años de su realización, anda circulando en redes. La lucha siguió en la voz y presencia de Rosario Ibarra que fue candidata a la presidencia de la República en dos ocasiones, propuesta muchas veces para el Premio Nobel de la Paz y que recibió la Medalla Belisario Domínguez el año anterior. Su hija Rosario Piedra Ibarra es la actual titular de la CNDH, con los obstáculos de una derecha que la escuchó muchas veces en su lucha, pero no hizo nada para presionar para que se cumplieran las demandas de las madres y esposas de desaparecidos.
LOS DESAPARECIDOS, LEGADO MUY DIFÍCIL PARA EL ACTUAL GOBIERNO
En enero de este año, el subsecretario de Derechos Humanos Alejandro Encinas, informó que en ese momento estaban contabilizados en los documentos que tiene el gobierno 61 637 desaparecidos, de fechas recientes y de décadas. La permanente demanda expresada de muchas maneras, es el gran reto que tiene el gobierno de la 4T en un problema que en su inmensa mayoría no creó. Es el legado que recibe el estado. Muchas de esas personas desaparecidas algunas hace 40 o 50 años, no tienen referencia; se ignora donde desaparecieron. Quizá algunas están vivas en otros lugares, pero el problema es sobre los desparecidos de los últimos sexenios y algunos en éste, en secuestros y asesinatos de grupos criminales. Rosario Ibarra en su ancianidad de más de 9 décadas ya no está presente en las luchas, pero hay otras personas y dirigentes. Ella es el baluarte, el ejemplo que da acicate a la lucha de los organismos de este tiempo, en el que el anhelo, la esperanza y el deseo más profundos siguen clamando en sus voces, que Los encontraremos