
Facultad de Derecho de la UASLP convoca a diplomado en gobierno municipal
El 14 de agosto de 2025, Michoacán celebró haber logrado la mayor disminución porcentual del rezago educativo entre 2022 y 2024, con una baja de 3.2 puntos. Sin embargo, el logro resulta engañoso: el INEGI aclara que solo cinco estados tuvieron reducciones significativas y no se precisa si Michoacán supera ese criterio.
A pesar de la reducción, la entidad sigue entre las de mayor rezago: en 2024, el 25.8 % de su población (1.27 millones de personas) no concluyó la educación obligatoria, por encima del promedio nacional (18.6 %).
El indicador no mide aprendizajes ni calidad, sino la falta de escolaridad concluida. Por eso, factores como migración, muertes por violencia (10,798 homicidios entre 2020 y 2024) o la pandemia de COVID-19 influyen en la baja estadística sin reflejar mejoras reales en el sistema educativo.
En 2024, más de la mitad de las víctimas de homicidio en Michoacán no había terminado la secundaria. Además, las desapariciones y el exceso de muertes por COVID (8,713 en la entidad) también redujeron de forma artificial el rezago.
Los datos específicos muestran la magnitud del problema:
El Plan Estatal 2021-2027 planteó metas modestas, reduciendo apenas al 26.5 % el rezago, cifra ya alcanzada en 2024. Sin embargo, no hay evidencia de mejoras en infraestructura, cobertura ni becas.
El rezago educativo implica pobreza, precariedad laboral y debilitamiento democrático. No basta con presumir cifras: se requieren programas reales, presupuestos transparentes y políticas públicas verificables que garanticen el derecho a la educación.
Salir del rezago educativo no es una cifra: es una deuda con más de un millón de michoacanos.