Libros de ayer y hoy
Quién fue el que decidió abortar el fallido operativo en Culiacán, con Ovidio Guzmán López en manos de los militares, de acuerdo a lo observado en el video que difundió la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), es la gran pregunta que todavía no logra despejarse.
«Tomaron decisiones que yo respaldo, que yo avalo», ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que él mismo quedó descartado. Se trató de una gran decisión, quizá la primera que el mandatario no haya ordenado en todo su gobierno y tal vez la única.
Cuando al general secretario Luis Cresencio Sandoval, le preguntaron en la conferencia mañanera sobre este tema, trastabilló, inclusive cantinfleó, pero terminó por no revelar nada. Solamente dijo que se tomó una decisión colegiada. Sí, pero de alguien debió emanar en primera instancia.
Es tan importante conocer quién puso sobre la mesa esta propuesta, luego arropada por todos -incluso por el Presidente de México-, porque puede convertirse en el héroe o el villano. En el héroe de la 4T, porque fue quien evitó el derramamiento de sangre del que tanto se habla, pese a que el hubiera no existe; en el villano, para quienes consideran que el Estado se rindió en este capítulo contra el crimen organizado.
¿Y si tomada la decisión, la consultaron con López Obrador y él fue quien dio la última palabra? No se sabe, hasta ahora.
Pero poco a poco queda develada la verdad de este espinoso operativo que encabezó el coronel de caballería Juan José Verde Montes, el primer nombre fuera del círculo del Gabinete que saltó a la luz pública. Este mando militar sabe quién le ordenó dejar todo por la paz.
De una u otra manera, esa alternativa a la complicada situación que se vivía en la ciudad de “El Chapo” Guzmán, por la captura de su hijo por una solicitud de extradición de los Estados Unidos, nació de alguna de las mentes que se reunieron ese día para sacar adelante el conflicto armado que había en las calles.
Si López Obrador se enteró de la determinación tomada por sus secretarios cuando ya estaba en Oaxaca, debido a que quedó incomunicado durante el vuelo, interesante sería saber quién dijo sí en la mesa.
Tuvo que haber alguien que avalara la propuesta y ese alguien debió ser, por su jerarquía dentro del Gabinete de Seguridad, nada menos que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño.
Y si fue él, porque ni modo que todos dijeran que sí al mismo tiempo y nadie tomara la batuta, terminará de cavar su tumba política rumbo a la gubernatura de su natal Sonora. Difícil sacudirse una capitulación de ese tamaño.