Preparativos para una amenaza llamada Trump
El día primero de mayo es un día que los trabajadores se unen para exigir el respeto a sus derechos, apuntalar su perenne lucha y manifestar su militancia a las organizaciones. Pero hoy, en estos días tan complicados y únicos de contingencia, las exigencias, la lucha y la expresión deben ser para nosotros mismos. Los trabajadores debemos usar razón y voluntad para lograr una conquista interna, la de mantener a nuestras familias y la de nuestros compañeros, sanas y salvas, evitar enfermarnos y esparcir el contagio.
Valientes trabajadoras y trabajadores asisten a sus funciones para sostener lo más vital de nuestra economía, y si acaso a comprar nuestros víveres y medicinas, pero no más. El resto de nuestra jornada nos quedamos en casa. Estamos conscientes y luchamos contra la locura de este virus cuidándonos y cuidando a nuestra comunidad, nuestro estado, nuestra patria, esta vez con las puertas cerradas. Es tiempo de proteger el nido y cubrir la madriguera, luchar por nosotros contra nuestros impulsos y costumbres, no es fácil, cada casa tiene su historia de la lucha que significa estar en este encierro, pero igual que en los terremotos, huracanes y en el pasado las guerras, hoy los mexicanos sacamos lo mejor y aplicamos esa inquietud, fortaleza y valor para dominarnos y quedándonos en casa.
Habrá un tiempo mejor, pronto, cuando podamos abrazarnos y contarnos las historias de hoy. Y luego volverlas a contar a nuestros descendientes, quizá ellos nunca tengan que pasar por esto, si hoy enseñamos al mundo como se hace.