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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
El discurso que implica “yo estoy bien, tú estas mal” trae a la polarización como una consecuencia de primer orden; de segundo orden, derivado de la primera, a la tragedia.
En Francia hay ejemplo; donde un polo caricaturiza bajo el argumento del análisis y libertad de expresión y el otro polo exige la justicia divina en mano propia. La consecuente tragedia es la extinción de vidas. ¿Era necesario, imprescindible, extinguir vidas para dirimir las diferencias?, la respuesta es que no.
Entretanto en la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, mexicana, sucede, guardadas las proporciones, una polarización con otra tragedia.
Me explico.
El pasado 23 de octubre de 2020 circuló una misiva firmada por 38 personas dedicadas a la CTI; algunos son mis amigos y colegas, mayormente de la UASLP acompañados por algunos de la UAZ y otros pocos de la UAM-Azcapotzalco.
Me dicen que la carta fue promovida por una persona exalumna de la titular en la Dirección Genera, DG, del CONACYT.
Es uno de los polos.
El escrito alude al discurso que desde CONACYT se ha usado para justificar la extinción de los fideicomisos en CTI. Se sostiene que la CTI en México tiene corrupción; primero eso nos señala a todos quiénes nos dedicamos a esta actividad, toda vez que nos meten sin distingos en la misma bolsa. Es falsa generalización.
No puedo pensar que haya quienes estén en contra que la corrupción sea erradicada, pero ¿era necesario extinguir los fideicomisos para esa tarea?, otra vez, la respuesta es no.
CONACYT tiene información desde el proceso de entrega-recepción y ahora ya tienen casi dos años administrando. Su discurso luce como arma para hallar la paja en el ojo ajeno cuando también está en el propio -se ha documentado que ha habido asignaciones directas de proyectos en CTI, por ejemplo, a férreo defensor cuatroteista, profesor de la UNAM, y pareja de la titular de la SFP-.
La corrupción debe ser erradicada sin duda, en la 4T, en todos los ámbitos, tiempos y las pasadas, presente y futuras administraciones. Es suficiente dar cumplimiento a la Ley General de Responsabilidades Administrativas; a partir de la cual, de no denunciarse también la autoridad omisa puede caer en responsabilidad.
Así hay mecanismos legales para señalar posibles responsabilidades de servidores públicos, tanto como de agentes privados, léase asociaciones civiles, por ejemplo. Con ello, en apego al debido proceso, las personas señaladas pueden defenderse y se llegaría a sentencia con consecuencias.
Pero nada de esto se hace, se prefiere recurrir a exestudiantes para emitir escritos e inmediatamente dar respuesta agradeciendo el apoyo. De pena ajena, tan sólo 38 firmantes. Sólo la UASLP tiene cerca de 400 miembros en el SNI, ni sumando a otras instituciones llegaron al 10%; en el SNI somos más de 30,000, saque cuentas.
Entretanto hay una tragedia de profundo efecto en México, incomparable con lo sucedido en Francia: La extinción de los mecanismos de financiamiento a la CTI sin alternativa; está columna ya lo ha detallado:
CTI, presupuesto y estructura programática
Esta tragedia vendrá acompañada, en el mediano plazo, de la disminución en movilidad social con base en el talento promovido por la CTI.
Ya se ha reportado que la movilidad social en México está restringida. La CTI es una alternativa para que personas con talento y condiciones, que deben ser generadas mediante políticas públicas, propicien que las nuevas generaciones se encuentren mejor que sus antecesoras.
Como en el ataque a la corrupción, esta columna coincide que se deben hacer políticas públicas para mejorar la movilidad en México; en particular apoyadas en la CTI.
En complemento, esta columna discrepa, respecto de cualquier daño a México tanto con la polarización fomentada por cualquier discurso como en el abandono a la CTI, factor de movilidad social.
En esto deben invertirse los esfuerzos y no en politiquerías polarizantes promovidas desde el discurso oficial.