
¿Quién será el Papa 267?
Las opiniones son tantas sobre la actual circunstancia elevada falsamente a peligrosa
inseguridad y caída del sistema, que llama la atención que esas voces, algunas muy
versadas, no estuvieran presentes cuando las cosa se iniciaban, hace algunos años. Muchos
de esas voces, sobre todo de opositores, son las que claramente carecen de calidad moral
para dar opiniones y censurar, cuando fueron los que aprobaron los momentos iniciales de lo
que vive el país y los avalaron. El PAN entre ellos. Eso se ha dicho muchas veces, con los
fines que perseguían además. La prueba está en el señor Genaro García Luna. Y ahí están
los archivos ¿A quien debe juzgarse, de entre ellos, al que peca por la paga o el que paga
por pecar? según preguntaría la eximia Sor Juana ahora aplicado a esos malandros. Hay
que aclarar a quienes corresponde la responsabilidad inicial de un crimen en una federación
que es tripartita y acatar la propuesta oficial, apoyada por varias voces versadas: unirse en
los momentos sombríos, pese a diferencias. Lo importante es el país y es al que debemos
prestar nuestra atención.
LOS NUEVOS MOMENTOS DEL PAÍS Y DEL MUNDO CON NUEVAS FORMULAS
La vida es como una novela policíaca, que tiene que renovarse ante nuevas circunstancias.
Y todos podemos y debemos entrar. En el caso particular puede parecer una osadía cuando
se ha pasado por la vida como un simple aficionado ¿Que es después de todo ser periodista
o escritor? El ejercicio de un diletantismo permanente, abarca tantas cosas, que la maestría
queda relegada para mejor momento. En el caso de la ficción policial, yo no sé si habrá
verdaderos maestros en un género tan diverso y cambiante. Hay teóricos, que hemos leído,
analistas. críticos y algún ensoberbecido asistente a los muchos encuentros sobre el tema
que se dan el mundo. Pero desde el modesto espacio de la afición, alguien puede recontar
los crímenes resueltos mientras los de la vida real abruman por su impunidad. El libro Mis
crímenes con la señora Miller (Groppe 2015) en el que uso el verdadero apellido de Agatha
Christie – entre otras cosas porque prefiero a las mujeres que usan sus propios apellidos-, se
compone de 10 pequeños ensayos que pretenden recalcar aspectos de una novelística y de
una mujer sobre la que se han escrito más de 20 biografías. De ese entorno comparativo con
otros y diversos autores, se concluye que hay algunos resabios que se arrastran a la época
actual, como las formas de resolver el crimen, la pronunciada introspección, el laberinto al
revés y el uso de la simulación, entre muchos. Pero lo que más me ha llamado la atención en
estas décadas y que hoy se profundiza, es la existencia permanente del pensador solitario
frente al estado, lo que evidencia la desconfianza en las instituciones, así se trate de autores
emergidos, como Miller, de la época victoriana. Autores modernos como Henning Mankel,
Leonardo Padura, Vázquez Montalban, Andrew Martin, y centenares más, siempre terminan
uncidos a un personaje .-que no es sino el alter ego del autor-, desencantado, solo,
abandonado, pero eficaz para resolver un crimen que equipos profesionales no pudieron
desentrañar. O no quisieron. Stieg Larson llega al extremo en la Trilogía Milenium, de dejar la
solución en una mujercita geni, mil veces agredida y su amigo, un periodista. Toda la mafia
sueca desentrañada por dos desconfiados cerebros. Los escritores cubanos, muy ufanos con
su novela socialista cuya solución criminal es cuestión de equipo según argumentan, no pueden prescindir del pensador solitario. Que les duran a esos investigadores Scotland Yard,
el FBI, la KGB, etcétera, ya no digamos la pobre FGR, con policías evadidos. La burla y el
señalamiento se exhiben permanentemente en las opiniones de Poirot- Miller, contra el
inspector Japp jefe de Scotland Yard, tan inepto, que tiene que recurrir al genio de la autora.
La violencia instalada en las sociedades actuales hace necesario dejar de lado al detective
unipersonal y poner en las manos de los expertos ahora si, en equipo, apoyados por una
sociedad organizada, la solución de los crímenes y la exigencia de justicia. Es lo que se debe
de buscar en Ayotzinpa, en Tlatlaya y en los terribles casos de Tanahuato. Y meterse de
lleno en el crimen organizado. La desconfianza en las instituciones actuales, en recuerdo de
aquellas anteriores avaladoras de la impunidad, salta a la novelística y son varios los autores
que ya plantean una ficción policial diferente. ¿Cuál será sus destino?. Ya lo veremos, en
momentos en que la oposición con cara angelical e interior oscuro, se alebresta. Los que
están con el sexenio, por fortuna, no están mancos.