
Los niños que fuimos
La energía tiene una enorme relevancia, sin ella nada se mueve, el dominio sucesivo del fuego, presión de vapor, electricidad, hidrocarburos y nuclear, esclarece por sí mismo este primer punto.
En economía, es evidente que cuando los ingresos se reducen, hay dos elementos de control; uno reducir gastos y otro, mas relevante, salir a buscar producción de bienes y servicios –propiciar cadenas productivas y de proveeduría-. Incluso en la prehistoria, para cacería y recolección era obvio que en escases de recursos habría que racionar y además salir a buscar.
Indubitablemente la salud es de mayor interés, sin vida no hay mas por hacer. La vida se puede perder por afectaciones fisiológicas, infecciones u otras; pero, también, por falta de recursos, como los alimentarios, o por hipotermia en ausencia de energía.
En la actualidad esta tripla es mas compleja que lo ejemplificado arriba. Aunque hay otras, éstas tres interaccionan para conformar el espacio que llamamos modernidad.
Me explico.
La energía permite concretar terapias hospitalarias, producir y usar equipos, etcétera; los recursos económicos van de la mano para que los servicios de salud cuenten con personal y cubran sus insumos, como los energéticos entre otros conceptos; la salud incrementa esperanza de vida y su calidad, con proveeduría de recursos humanos sanos y sus capacidades para la actividad energética y la económica.
Algo que no debemos perder de vista es que: Los avances de la humanidad en esta tripla han sido por la ciencia, tecnología e innovación, CTI.
La lista de ejemplos podría consumir libros enteros, lo ha hecho, aquí sólo mencionaré, en orden: electricidad, equilibrio de Nash y vacunas.
Por la gran importancia de esta tripla los políticos enfocan sus actos en éstas. Es de esperar les interese.
El desastre sucede con decisiones erróneas: aquí tres efectos directos, actuales y obvios.
Para energía, omitir la sustentabilidad, en sentido holístico, afectará a la economía -efecto de cisne verde- y a la salud – factores medioambientales-. La energía limpia es la opción y vamos al contrario.
Para economía hay que invertir cooperativamente con enfoque en largo y mediano plazo. Activar las cadenas productivas, reducir gastos y salir a invertir como equivalencia conceptual a lo aprendido desde la prehistoria. Se reactivará sin cuidado por desinformación consistente.
De salud, si una infección de alta tasa de contagio, como el caso de SARS-Cov-2, llegarán decenas -en descuido comunitario cientos- de miles de pacientes; si hay falta de atención al sistema de salud, éste colapsará. También el funerario, como ha sucedido. Faltan pruebas para monitoreo de salud comunitaria.
Pues las decisiones recientes, con una teoría etérea, contraponen en la tripla. Y, además, en complemento, debilitan al sistema CTI de México como constructor de soluciones.
Invertir en soluciones desde la CTI para necesidades en energía, economía y salud es un camino que daría retorno a México y propiciaría progreso, desarrollo y hasta felicidad, si se obceca en indicadores extraños.
Decir en entrevistas, entre amigos, que desde palacio nacional se valora a la CTI no es suficiente. Que Elena y Juan charlen entre sí no desvanece a los hechos. La inversión en CTI va en caída libre. Como ha sido en energía, cadenas de valor y salud.
No está de mas decir que ni la energía eléctrica, ni el equilibrio de Nash, ni las vacunas fueron conocimiento de los pueblos originarios.
Seguramente habrá conocimiento, pero en temas de energía, economía y salud, vitales para la modernidad, no fue. Levantemos la cabeza y actuemos en beneficio de México, con decisiones correctas.
Trastornar y descomponer el orden o colocación de la tripla de modernidad tratada aquí, con tal evidencia, es trabucar en energía, economía y salud.
En vez de eso, debemos recargar las acciones en la CTI, invertir en soluciones de largo plazo, para salir de la crisis de salud, de la económica y de la, posible, energética.