2025: los desafíos del desarrollo
Son demasiados odios añejos como para desempolvar un caso de 16 años, como la tesis fuerte para intentar aplastar, o cuando menos intimidar, a la libertad de expresión molesta al obradorismo.
De terror autoritario ver la formación en Palacio Nacional con una Secretaria de Gobernación mediocre, ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia, y el ente real de comunicación del Gabinete, Jenaro Villamil, en una especie de tribunal que revive el caso de Florence Cassez y el montaje de Televisa, donde no se permite la presencia del acusado Carlos Loret de Mola.
Más de media conferencia mañanera dedicada a construir una tesis que inocule en el público la idea de que toda crítica al gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene la invalidez del ataque, que oculta un trasfondo estratégico con propósitos golpistas, desde una fantasmal oligarquía conservadora.
Y cómo dice Loret en su respuesta: “¿Por qué sucedió esto? porque al Presidente le reclamaron que la aplicación de una vacuna era un montaje, uno más de sus montajes” (video https://youtu.be/rEjHuEDb5hk).
No hay duda de que en Presidencia ven la crisis de las vacunas y la lentitud del suministro como un elemento decisivo en las elecciones del 6 de junio. Ese peso otorgado provocó la reacción escandalosa al video donde una “vacunadora voluntaria” simula aplicar el biológico anti Covid19, en el IPN Unidad Zacatenco en la CDMX.
La mezcla de nerviosismo y rabia provocó que el presidente montara un show para el cual convocó a Olga Sánchez Cordero, la ministra proyectista de la SCJN del caso Cassez, donde, alegue lo que alegue, prefirió dejar en libertad a una secuestradora probada y sentenciada a 90 años de prisión, posteriormente rebajada la condena a 60 años.
Prefirió abrirle las puertas de la prisión, a pesar de los relatos y pruebas de las víctimas directas, antes que reponer el caso y presentar también ante la justicia a los autores de la violación al debido proceso, en este caso el montaje que trasmitió Televisa la madrugada del 5 de diciembre del 2005.
Por supuesto que todos vimos violaciones a los derechos humanos de Florence Cassez e Israel Vallarta en la reconstrucción de los hechos para la televisión, pero no hay justicia para las víctimas, una de ellas mutilada, cuando, por atacar a la autoridad simuladora, donde al final del día ninguna de esas dos partes involucradas recibieron castigo.
Esto es, ni Florence permaneció en prisión ni a Genaro García Luna lo llevaron a tribunales, pero sí las víctimas de secuestro fueron víctimas también del protagonismo de tres ministros.
El ataque desde Palacio Nacional cumplió también como catalizador de los añejos rencores presidenciales contra Loret de Mola, no hubo forma de meter a Víctor Trujillo en este escenario, si no también Brozo fuera parte del show mañanero de este miércoles.
Triste el rumbo que está tomando el país cuando falta un buen psicoanalista que arregle esto.
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