Diferencias entre un estúpido y un idiota
Luego de escuchar y leer al respecto de polémicas declaraciones presidenciales, decidí esperar para tratar el tema que ocupa este espacio de opinión. Considero que ahora ya es tiempo.
Empezaré diciendo que para quienes estudiamos al mundo desde la perspectiva de las matemáticas, uno de los vértices del conocimiento humano, precisar entre necesidad y suficiencia es parte del análisis de causa y efecto en una lógica formal.
Me referiré a la declaración mañanera que la honestidad en el servicio público es preferida por encima de cualquier otra cualidad, incluyendo la experiencia y capacidad. Ya opinadores profesionales han expresado a favor y en contra.
Yo, como científico, enfocaré sobre las implicaciones del enunciado.
Una premisa es que, innegablemente, la honestidad es necesaria; México, las y los mexicanos, estamos muy cansados de lo contrario: la deshonestidad.
Así, hasta este punto del enunciado, creo que hay convergencia en la idea siguiente: La honestidad en la función y administración pública es necesaria; sin ésta hasta se antoja que no haya servicio público sino servicio privado, para sí, en y desde la silla pública. Por ende, yo estoy de acuerdo en que la honestidad es necesaria, consecuentemente apoyo.
Empero, la omisión del concepto de necesidad en la lógica de cuantificar en un 90% honesto y 10% el resto “¡cómo la ven!”, conlleva imprecisión e ilógica.
Es decir, el que la honestidad sea necesaria, hasta imprescindible en el límite, no implica que sea suficiente para el servicio y administración pública.
De hecho, sin capacidad y experiencia, en conjunto, el servicio público existirá, dado que es necesario según esta lógica, pero le falta algo provisto que no se implica la suficiencia para el encargo. En otras palabras, se tomarán decisiones inexpertas e incapaces.
En complemento, un enunciado parece lógicamente correcto si asegura: las capacidades y experiencia son suficientes, pero no son necesarias.
Esto en la lógica de transformación. Pero además la evidencia muestra ejemplos, personas con formación y experiencia son señaladas por delinquir.
El error de no usar lógica matemática trae la consecuencia de perder de vista que los ejemplos no hacen generalidad.
Es decir, la lógica en las implicaciones del enunciado sobre los perfiles para el servicio público se pierde al cuantificar lo necesario y suficiente.
No soy vocero y no deseo interpretar lo que se quiso decir.
Solo diré que desde dónde lo veo, en mi opinión, pues, en el servicio y administración pública lo complementaría el razonamiento lógico y matemático, éste es que: La honestidad es necesaria mientras que las capacidades y experiencia son suficientes.
Lo anterior significa que el enunciado con lógica completa es: La honestidad y las capacidades, como la experiencia y preparación, en conjunto, son necesarias y suficientes.
Entretanto en la mañanera se adereza un enunciado ilógico con observaciones que aseveran: Hay quienes cuentan con posgrados en el extranjero y son corruptos. Reitero, los ejemplos no hacen generalidad.
Una consecuencia de tales dichos es distanciamiento entre la comunidad científica y los tomadores de decisiones, porque con esos enunciados ilógicos resulta que quien hace una labor pública con honestidad y alta capacidad, como quien hace servicio público en ciencia la tecnología e innovación, CTI, son subidos al mismo barco de aquellos que no.
La falta de lógica formal lleva a implicaciones y conclusiones equivocadas.
Es una contradicción lógica mas que obvia y de esa, entre otras, resultan políticas públicas. Por ejemplo, mientras desde el palacio de la nación se denuesta la formación de posgrado, a la par, se dan becas de posgrado a través de la oficina coordinadora de las entidades para la CTI, el CONACYT.
Mejor que se quede la segunda parte de esa política, las becas, y que alguien ayude para que los enunciados del mas alto nivel ejecutivo incluyan lógica formal.