
Adiós a Nina Lara, la última resistencia
No trataré con canción caribeña ni con conglomerado de ciudadanos manifestándose en la vía pública, sino con un problema científico de siglos para ilustrar, una vez mas, que CONACYT no entiende que la generación y aplicación del conocimiento es global; no es conocimiento regional o local menos originario u occidental.
Empezaré con algo cotidiano, suponga usted que va a comprar fruta o cualquier alimento, cuya cantidad a pagar se mide en una balanza o báscula; uno espera recibir la misma cantidad de producto, es decir masa, en cualquier parte del mundo, la población en general lo da por sentado.
Hay dos posibles fuentes de diferencia; una originada por falla en la calibración, la cual puede ser intencional o por omisión, es decir, o se altera o nunca se recalibra.
La segunda fuente es provocada por efecto de leyes físicas en el uso del estándar de referencia, ese convenido por los países para su uso.
Me centraré en la segunda, que en el caso de masa tiene en Francia un estándar para el kilogramo; elaborado hace tiempo, mediante una aleación con base en platino y del cual se generan réplicas o clones para distribuidos en todo el mundo con la intención que el mismo kilogramo sea en un país que en otro; a fin de evitar complicaciones de ingeniería, economía, diplomacia y comercio.
La manera práctica de medir masa es una inferencia –una medida indirecta-; es decir, se coloca masa en un dispositivo que mide la fuerza, llamada peso, que ejerce la atracción gravitacional en el producto.
Pero esa medida de inferencia es variante; me explico.
Seguramente usted ha visto imágenes o videos donde se observan a objetos flotando fuera de la atmósfera terrestre, en alguna nave espacial; o bien el ejemplo de los satélites artificiales que están flotando en órbita.
Imagine que usted toma la misma cantidad de producto que compró –fruta, granos u otro alimento- que fue medida en La Tierra.
Suponga que lo lleva al espacio y que allá lo coloca en la misma balanza que fue usada para medir la cantidad de producto en La Tierra.
Ya que el objeto tiende a flotar, por disminución drástica de la fuerza de gravedad, la balanza o báscula medirá que esa cantidad no pesa o pesa muy poco.
También sucederá una variación si ese producto es medido en un avión que vuela a unos kilómetros de altitud respecto del nivel del mar; incluso si se mide a nivel de piso y luego en la punta alta de un rascacielos, las variaciones serán distintas, pero sucederán
El producto no ha perdido cantidad de masa, sino que el peso cambia por la distancia; la fuerza es menor conforme nos alejamos del centro de la Tierra.
Además de lo anterior, el estándar, a pesar de los enormes cuidados de su resguardo, pierde masa por desgaste o erosión; significa que se descalibra y así sus réplicas.
Por ello hay una carrera científica actual para elaborar un estándar de masa; se distinguen dos grupos.
El europeo busca una esfera perfecta de Silicio 28 puro; para la purificación han usado centrífugas de refinación para Uranio o Plutonio; el otro es estadounidense, que busca la definición de masa a partir de corriente eléctrica.
La investigación tiene quizá decenios en proceso con recursos abundantes, quien pruebe tener un estándar invariante generará réplicas para fijar la masa de intercambios comerciales globales y locales, incluso podrán ser interplanetarios ya que ha iniciado la comercialización de esos viajes.
Ese estándar de masa impactará la vida cotidiana, pues deberán recalibrarse todos los mecanismos de medición; como sucedió con el estándar de platino, en algún momento llegará a la vida diaria para la compra-venta de alimentos y mucho mas.
Como en masa hay muchas investigaciones que serán cotidianas.
Por ello no es cuento si le cuento que seremos consumidores del conocimiento y tecnología que otros países generan y aplican.
CONACYT, en vez de ideologizar de manera absurda sus actos en Ciencia, Tecnología e Innovación, debe establecer políticas públicas que favorezcan a la población con fundamento técnico.