Esquiroles de oposición, apoyan a Morena
En estos días existe un fuerte debate sobre la reforma judicial que habrá de
emprender la Presidencia de la República. Muy probablemente no sea durante la
administración de Andrés Manuel López Obrador, ya que en aún no le alcanzan
los votos de la actual legislatura, pero Claudia Sheinbaum tendrá carta abierta
para hacer los cambios que considere.
En este marco, el Congreso ha organizado mesas públicas de análisis de la
Reforma, la cual contempla reducir el número de jueces de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación de 11 a 9 integrantes; recortar el periodo de su encargo de
15 a 12 años; eliminar la pensión vitalicia, y que la remuneración que reciben se
ajuste al tope máximo establecido para Presidencia.
Entre varios otros cambios, como de los diversos tribunales, del Consejo de la
Judicatura Federal, se encuentra uno que nos debería ponernos en alerta, sobre
todo por la historia reciente y de cómo no se pudo separar el poder del crimen
organizado en las elecciones.
Se pretenden que los jueces sean electos mediante el voto popular. Esto puede
tener un debate muy especializado sobre la preparación que requieren los jueces,
en la forma escalonada que deberían ir subiendo, sobre la capacidad de los
votantes de analizar y elegir a sus jueces, estas discusiones son más que válidas
y esperemos que el Congreso las escuche y tome en cuenta para las decisiones
que habrá de tomar.
Pero un punto que debe estar en la mesa es ¿cómo evitamos que el crimen
organizado no termine eligiendo a sus jueces? Quienes tienen los recursos para
manejar e inclinar una elección, son el gobierno y el crimen. Hoy no podemos
decir que el panorama electoral está blindado de la injerencia del dinero o del
terror.
Cabe recordar que en las últimas elecciones fueron 37 los aspirantes asesinados.
Las amenazas corrieron por miles, y por mencionar un sólo estado, en Zacatecas
217 mujeres renunciaron a una candidatura por cuestiones de violencia política.
Es en este marco donde se quiere poner a elección los jueces.
El México violento de hoy, no reúne las condiciones para poner a elección a los
encargados de hacer justicia. Si tomamos en cuenta que uno de los peores males
que padece México es la complicidad de autoridades y de jueces que dejan libres
a criminales, como hemos visto ocurrir muchas veces ¿qué futuro nos espera si
son apoyados para ser elegidos por el crimen organizado?
Hoy no existen las medidas que blinden de la injerencia de los criminales en las
elecciones, y tener jueces a modo, comprometidos por una elección, debe
parecerles muy atractivo. No debilitemos más el sistema de justicia, en un país
que tiene el 98 por ciento de impunidad, sólo provocaría más opacidad y rezago.
Hoy, nuestro país, no está listo para un sistema que ofrende a los jueces al crimen
organizado.