Llegará Estado de silencio a Netflix este jueves
Se dice que lo que todo lo que sucede en el mundo no es casualidad; desde hazañas heroicas, caídas de imperios y hasta el triunfo de las celebridades que tanto nos gustan. Grupos verdaderamente poderosos son los que mueven los hilos de esta sociedad y cuyo poder es tan grande y tan antiguo como la humanidad misma. Una sociedad secreta es una organización que exige a sus miembros ocultar ciertas actividades, a los miembros se les pueden exigir ocultar o negar su vinculación, y frecuentemente deben mantener los secretos de la sociedad bajo juramento. El término ‘sociedad secreta’ suele usarse para describir organizaciones fraternales, pero también se aplica habitualmente a organizaciones que van de comunes e inocuas (fraternidades universitarias) a organizaciones míticas descritas en las teorías de conspiraciones como inmensamente poderosas, con agendas políticas o financieras que buscan su propio provecho. Se sabe hoy día, que muchas de estas sociedades divulgan a sus socios de los más bajos niveles información sesgada o parcial de sus actividades para proteger los más altos secretos, que solo son revelados a los miembros de los niveles más altos. Asimismo muchas de las conferencias públicas se realizan para divulgar una imagen de la sociedad que conviene a esta. En realidad solo unos pocos seleccionados dentro de estas sociedades saben realmente lo qué se está haciendo. El «conocimiento secreto» es un compendio de ideas que circulan -de forma libre y abierta- por el circuito intelectual de las sociedades modernas. Y es la actual tecnología la que ha generado que esa información, puede ser proyectada y esclarecida gracias a los vínculos sociales a través de contactos físicos o redes. Una actividad que la organización civil ‘Ciudadanos Observando’, ha desarrollado a lo largo de varios años al mostrar y sustentar con pruebas y hechos, actos de corrupción e impunidad, que presuntamente son ocultados y salen a la luz pública gracias a sus fortalezas en investigación. Esa lealtad entre hombres la podemos apreciar en una estupenda película, Killer Elite (Asesinos de élite en Hispanoamérica y España) es una película británica del 2011 de acción, protagonizada por Jason Statham, Clive Owen, Robert De Niro e Yvonne Strahovski. El filme está basado en la novela de 1991 The Feather Men (Los hombre de plumas), de Sir Ranulph Fiennes, aventurero inglés y ex miembro de las fuerzas armadas británicas, y está dirigida por Gary McKendry. No muy alejada de los sucesos socio-políticos que imperan hoy en día, simulando ataques y contra ataques de presunciones legales. Pero, la realidad es que existen los acuerdos debajo de la mesa entre los colores partidistas. Digno material para generar ideas para guiones cinematográficos. La trama de la película «se basa en una historia real» (Fiennes insiste en que es cierto). Varios elementos del libro fueron alterados para hacer que la película parezca más creíble para el público que va a las salas de cine. Sir Ranulph Fiennes, autor del libro, afirma que existe una sociedad secreta llamada los Feather Men, compuesta por miembros retirados y discapacitados del SAS quienes operan en las sombras. Se les llama los Feather Men, porque su influencia e intervención eran muy sutiles, como el roce de una pluma. Su trabajo consistía en proteger al personal del SAS (Special Air Service de Inglaterra) y sus familias, y vengar agravios o perjuicios causados a ellos. Una trama verdaderamente fantasiosa, pero real, al igual como toda información proyectada en medios de comunicación sobre actos supuestamente involuntarios de nuestros flamantes representantes sociales, y que se mueven sigilosos ante los ojos de sus seguidores y manipulados miembros partidistas. Por lo general, una sociedad secreta surge con propósitos determinados, bajo circunstancias y problemáticas específicas que requieren ser superadas. Al cumplirse tales propósitos, la sociedad deja de ser útil y necesaria, y carece de razón para seguir existiendo, por lo cual termina desapareciendo. Las sociedades se encuentran en el más estricto anonimato. Los Hombres de Pluma es un grupo que reivindica aquello de que «el fin justifica los medios». Eso ayuda a reflexionar -aunque sea superficialmente- sobre la falta de conciencia tras los actos delictivos; sobre el manto de impunidad, lo que preocupa no es el crimen en sí, sino su publicidad. «Con la sangre no tengo problemas. Es la tinta lo que me preocupa», afirma uno de los jefes de la organización secreta… todo bien, mientras no se sepa públicamente. Con abrazo fraternal a mi amigo Lupillo González de Ciudadanos Observando.