Eje sospechoso Madrid- Oaxaca
Hay tanto qué comentar de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a tierras tuneras, que el espacio no alcanza, pero vámonos por partes como dijo Jack.
El primer lugar de las novedades se lo llevó, no la ampliación del viejo aeropuerto de Tamuín sino que manifestantes de Ciudad Valles no dejaran dormir al mandatario. A tanto llegó el escándalo, que se volvió tendencia en Twitter y apareció en los diarios nacionales.
Cierto es que no está en manos de López Obrador resolver una huelga que lleva nueve meses en la DAPA, sino en las del alcalde Adrián Esper, pero también que no escuchó a su pueblo y le pegó un regaño.
AMLO fue abordado en el Hotel Valles, donde descansa cada que visita la Huasteca, pero a tanto llegó el entripado coraje que volvió a hablar del asunto en Axtla de Terrazas, al día siguiente y jamás se le escuchó apoyar su legítima causa.
Todo lo redujo a que era un compló… claro, en su contra.
Pero la gran pregunta es: dónde están los operadores de Esper y el gobernador Juan Manuel Carreras López, porque no movieron ni un dedo.
Y lo peor es que Esper no dijo no pío, cuando él debió salir al quite.
La palomita de la candente gira presidencial se la llevó el gobernador Juan Manuel Carreras López, a quien Andrés Manuel López Obrador apapachó hasta decir basta.
“Entre risa y risa me ha sacado varios compromisos para San Luis”, dijo el mandatario y Carreras estaba, ¿cómo creen?, risa y risa.
El potosino llegó con todo y porra a la huasteca, donde se dice, la secretaria general de PRI, Yolanda Cepeda y la diputada local por el distrito de Axtla, Charo Sánchez, le orquestaron un buen recibimiento.
Tan bien les fue a AMLO y Carreras que en la parada técnica en la delegación de Huichihuayán se acompañaron al baño.
¡Cuánta amistad!
El tache le tocó al super delegado, Gabino Morales Mendoza, quien no resuelve y va políticamente en declive.
Ahora que resolver, lo que se dice resolver, depende de lo que diga su jefe López Obrador, pero de ahí a que de plano nadie lo conozca, ya es mucho.
En las primeras visitas hubo grilla política para ponerlo en mal con el tabasqueño, pero lo de fin de semana fue real: la gente dice no tener contacto con él.
No hay gira de AMLO donde no le tiren tierra y aunque el ocupante de Palacio Nacional siempre lo respaldó en sus discursos, esta vez ya no.
Gabino necesita recuperar la brújula o no llegará a terreno seguro en 2021. Sobre todo porque ya se volvió normal que López Obrador lo regañe.